Hombre en llamas

Hombre en llamas
Hombre en llamas. Orozco, J.C. Algunos críticos interpretan el mural como una glorificación de los cuatro elementos, otros ven en cada una de las figuras una simbología inherente al hombre mismo: el hombre teológico (que simboliza la tierra), el cual despierta en el mundo y convierte en dioses los fenómenos naturales que no comprende; el hombre metafísico (que simboliza el viento), el cual empieza a tener conciencia, reflexionando sobre la realidad del mundo; el hombre científico (que simboliza el agua), el cual analiza los fenómenos, los objetos, penetrando con su razón en sus esencias. Finalmente el hombre de fuego que debería simbolizar a Prometeo, el que rebelándose a los dioses entregó a los hombres la chispa del fuego, la cual representa al mismo tiempo la razón y la libertad. Así el hombre, ya libre, crea las artes en su constante lucha de superación; el hombre hecho fuego de pasiones, de anhelos de conquistas, pero sobre todo dueño de su vida, de su destino y de sus decisiones.

domingo, 13 de julio de 2014

EL ROBO ORIGINAL.




Más del 60 por ciento de los Argentinos tiene raíces indígenas. Esto no está presente en la percepción colectiva del país. Al contrario, Argentina se define como una nación europea. Menos aún instalada en la memoria colectiva está el hecho de que poco después de la fundación del Estado tuvo lugar el genocidio, de la llamada "Campaña del Desierto" a partir de 1878, bajo Julio Argentino Roca. El presidente Avellaneda fue influenciado por el libro de su antecesor, Domingo Sarmiento, "Civilización y Barbarie". Para justificar sus acciones, Roca eligió una llamada "comisión científica". Ellos clasificaron flora y fauna y tambien a la población indígena. Estos eventos no son todavía parte de la historia oficial, que se imparte en las escuelas. Sin embargo las estatuas de Roca se distribuyen en todo el país, inclusive frente al Palacio de Gobierno. Los mitos fundadores de la Nación Argentina consisten en que un territorio vacío se conquistó, y que Argentina es un país de inmigración blanca.

El escritor argentino David Viñas afirmó que la población indígena de la Argentina fueron los primeros "desaparecidos" del país. El proceso argentino de la recuperación del pasado se limita a los eventos durante la última dictadura militar. Bajo el dictador Jorge Videla hubo alrededor de 30.000 personas "desaparecidos" en Argentina. Muchos que pensaron de otra manera fueron asesinados o deportados a campos de concentración. Hijos de los disidentes fueron colocados en familias del personal militar. El "proceso de la organización nacional" sólo cambió hacia un "proceso de re-organización nacional". El diseñador de la peor dictadura argentina del siglo XX, que también inició el modelo económico neoliberal en la Argentina, fue el ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz. El viene de una familia argentina bien establecida desde hace tiempo. Su bisabuelo, José Martínez de Hoz fue, junto a Eduardo Olivera, el fundador de la asociación de propietarios de tierras, conocida como la Sociedad Rural Argentina (SRA), y su primer presidente desde 1866 hasta 1870.

Ahora José Alfredo Martínez de Hoz, el ministro de Economía del ex dictador Videla, inició una demanda judicial contra el documental Awka Liwen. Como está encarcelado en su casa, sus nietos, que tienen una firma de abogados llamada Pacbam que operan en Buenos Aires y Nueva York, se ocupan del asunto. En una escena del documental explica Osvaldo Bayer, que José Martínez de Hoz, el bisabuelo del ministro y fundador de la SRA, es el principal iniciador de las "campañas del desierto", durante la cual la población indígena fue expulsada a la fuerza de su territorio y asesinada. El discurso se puso de relieve con imágenes, del padre de José Alfredo Martínez de Hoz en su finca. Este material la familia Martínez de Hoz lo había donado al Archivo General de la Nación, para que esté disponible al público. Ahora ellos se sienten lastimados por las declaraciones y heridos en su honor. Quieren una prohibición inmediata del film hasta que todas las referencias (visual y verbal) sean eliminadas de allí. Tambien quieren pedir una indemnización.

Aquí, el derecho a la libertad de expresión choca con el derecho general a la privacidad, que incluye también el honor. Para no poner en peligro la libertad de expresión en la Argentina, la acción fue desestimada en la primera instancia. Si se trata de hechos verdaderos, donde el público tiene un interés, entonces incluso una calumnia (que no aplica al caso) podría ser permitida, sobretodo si se trata de personajes de la historia contemporanea que, debido a su profesión, son conocidos en el público. Sin embargo, la segunda instancia, en la cual también operan jueces que produjeron fallos durante la última dictadura militar, ha aceptado la demanda. El tema de la libertad de expresión de repente parece no tener importancia.

En tiempos de la democracia también esbirros de un dictador deben ir por el camino de la justicia. Sin embargo, tratan de monopolizarla para sí mismos, para defender sus privilegios. La "rebelión de los ricos" ya existía en Argentina en 2008. En los "piquetes Benz" la oligarquía terrateniente y la clase media lucharon juntos contra un aumento de impuestos a las exportaciones de soja y maíz. El coeficiente de Gini en Argentina fue en el 2005 al 0,5 por ciento. Una pequeña parte de la población posee casi todas las tierras fértiles del país. Awka Liwen es también una película sobre ésta -no sólo en la Argentina presente- desigualdad socioeconómica, en la cual un pequeño grupo vive a expensas de la mayoría de la población. En esta medida Awka Liwen es también una película muy reciente.

Aunque los derechos de la población indígena se incluyen en la nueva Constitución argentina, todavía se ven obligados a nuevas reubicaciones, principalmente para el cultivo de soja y maíz. Esto puede ocurrir sobre todo porque la población indígena no está protegida adecuadamente. De acuerdo con las leyes tradicionales, no tienen títulos de propiedad, sino manejan sus tierras de acuerdo con los principios cooperativos. En un mundo global y multipolar, mucho después que las reclamaciones de la descolonización murieron, la población indígena de repente hace reclamaciones, apoyándose en el derecho internacional.

La reacción negativa de José Alfredo Martínez de Hoz contra Awka Liwen, nos muestra al menos, que la película ha roto un tabú en la Argentina y ha iniciado un debate sobre los mitos de la creación de la nación. Y si tenemos que llegar ante la Corte Suprema, y ésto no da resultado, entonces sólo nos queda el camino ante la Corte Interamericana de DDHH, en una acción contra el gobierno argentino. Si anteriormente la Presidenta, Dra. Cristina Fernández de Kirchner pidiera perdón a los pueblos indígenas por los crímenes cometidos contra ellos, como Canadá y Australia lo han hecho recién en 2008, la posición oficial del gobierno, al menos, quedaría clara. Entonces nuestra acción sería contra los viejos cuadros de la dictadura, los cuales quadaron atrás en el proceso de democratización, y de los cuales en particular el sistema judicial argentino está minado hasta la actualidad.

La historia que describe la película es, salvando las particularidades de cada caso, la historia de toda América Latina. El interés económico de unos pocos hace que otros pocos, títeres locales de los primeros, dominen a la mayoría. Con este fin se emplean distintos métodos: la violencia más explícita, matanzas, guerras, esclavitud, etc.; y los lamentablemente denominados métodos “no violentos” como el sojuzgamiento económico, la imposición de una cultura y modos de producción que generan hambre, exclusión, alienación, daños al medio ambiente y otras enfermedades.
Desde las monarquías, con los cortesanos explotaban a la “plebe”. La lógica de la constante expansión del capitalismo para generar nuevos mercados ya estaba en marcha con la maquinaria de la guerra. Así pasamos por las sociedades pre-capitalistas y capitalistas con el surgimiento de las burguesías y el estado “democrático” con sus leyes como un nuevo elemento de dominación. Se remplazan las guerras, como diría un almirante inglés alejándose en su barco luego de ser echados por los argentinos: “nos vencieron por las armas, pero los sojuzgaremos económicamente”. Poco después arribaron los empréstitos de la Baring Brothers, por la eficiente máquina de endeudamiento; dejando las batallas bélicas para ocasiones ineludibles como la guerra de la “triple infamia” organizada por el funcionario inglés y librada por Argentina, Brasil y Uruguay contra la emergente potencia (quien poseía industrias propias de trenes, armas, navíos, etc.) Paraguay; fue una de las más infames traiciones a un país hermano. También llegaron las dictaduras militares cuando fue necesario imponer un modelo económico y establecer la punta de lanza para cambiar de cuajo la cultura por una aun más orientada al individualismo y al consumo por el consumo mismo; llegando a la sociedad neo-liberal.
Entonces la exclusión y/o exterminio de los pueblos originarios verdaderos dueños, si es que alguien debiera serlo, de estas tierras no debería sorprender; ya que el Capitalismo es una psicopatología de expansión y de acumulación infinita que no mide consecuencias y arrasa todo a su paso en contraposición a la teoría de “crecimiento cero” de Nicholas Georgescu Roegen. El hombre considerado como un bien y la naturaleza como algo a dominar y de la cual servirse.
La colonización siempre tuvo una política de exterminio y dominación. La Argentina fue y es uno de los países más occidentalizados de América Latina, por ello y por mirarse siempre hacia afuera dejo ingresar y establecerse a esa cultura que trajo un modelo de producción apuntado hacia la renta y hoy día presa de la especulación financiera, que deteriora al medio que nos contiene; contraria a la cultura de convivencia armónica con la naturaleza que tenían los pueblos originarios, de ellos debiéramos aprender “la condición de estar” (remarcada en la película), y la aplicación de uno de los métodos científicos más antiguos: la observación y comprensión de la realidad. Los condenados por “portación de cara” son reprimidos por integrantes de fuerzas de seguridad, funcionales al sistema político-económico imperante, que solo se diferencian en la mayoría de los casos por el uniforme ya que posen los mismos rasgos sobre todo en el rango los sub-oficiales. A pesar de ello y de que un alto porcentaje de la población es mestiza, pocos lo reconocen y reivindican y la mayoría lo considera una ofensa.
El verdadero flagelo, la más perniciosa plaga fue y es, aun hoy día para América Latina y para el Planeta, la sociedad occidental y su cultura capitalista.
Nosotros somos parte del ambiente, no podemos separarnos de éste, los problemas sociales y naturales son consecuencia de decisiones políticas tomadas en función de intereses económicos. “El crecimiento económico de las naciones tiene límites físicos, a pesar de las innovaciones tecnológicas” Eduard Sacher (1881); Karl Marx ya advertía sobre el uso de la tierra y las consecuencias de los métodos de producción capitalista no sólo sobre la sociedad sino también sobre la naturaleza.
Por ello la formación para la protección del ambiente debe ser completa, no puede excluir la filosofía, sin ella solo seriamos técnicos academicistas, y el desarrollo político, “El peor analfabeto es el analfabeto político. Él no oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. Él no sabe que el costo de vida, el precio del poroto, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales.” Bertolt Brecht. No podemos seguir engañados y engañando con la “necesidad de aumentar la producción” (según Raj Patel se produce más que suficiente para alimentar a la población mundial) ni el “crecimiento económico para erradicar la pobreza”.

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