Hombre en llamas

Hombre en llamas
Hombre en llamas. Orozco, J.C. Algunos críticos interpretan el mural como una glorificación de los cuatro elementos, otros ven en cada una de las figuras una simbología inherente al hombre mismo: el hombre teológico (que simboliza la tierra), el cual despierta en el mundo y convierte en dioses los fenómenos naturales que no comprende; el hombre metafísico (que simboliza el viento), el cual empieza a tener conciencia, reflexionando sobre la realidad del mundo; el hombre científico (que simboliza el agua), el cual analiza los fenómenos, los objetos, penetrando con su razón en sus esencias. Finalmente el hombre de fuego que debería simbolizar a Prometeo, el que rebelándose a los dioses entregó a los hombres la chispa del fuego, la cual representa al mismo tiempo la razón y la libertad. Así el hombre, ya libre, crea las artes en su constante lucha de superación; el hombre hecho fuego de pasiones, de anhelos de conquistas, pero sobre todo dueño de su vida, de su destino y de sus decisiones.

miércoles, 28 de enero de 2015

Al borde de nueva bancarrota financiera en Wall Street y Londres

Los bancos de Wall Street y de la City de Londres enfrentan enormes pérdidas por la caída en los precios del petróleo

26 de enero de 2015 — El sistema bancario mundial en general, y en particular los bancos canadienses, estadounidenses y británicos, enfrentan graves pérdidas por sus préstamos petroleros, en la medida en que se sigue hundiendo el precio del petróleo, dice el columnista James Titcomb en el diario británico Telegraph del 24 de enero. Bajo el acicate de Arabia Saudita de bajar los precios del petróleo, como arma en contra de Rusia e Irán, el precio del crudo West Texas Intermediate cerró en los $45.59 por barril el 23 de enero, una caída asombrosa de 57% con relación al nivel de junio del 2014 de $107.
Su columna titulada "El colapso del petróleo podría desencadenar pérdidas bancarias por miles de millones", Titcomb escribe: "Los bancos británicos incluyendo el Royal Bank of Scotland (RBS) y Barclays pudieran estar sentados en miles de millones de dólares en pérdidas por el desplome en los precios petroleros luego del aumento en los préstamos chatarra a la industria". Señala que "Chirantan Baura, el analista de Bernstein Research ha calculado que las pérdidas combinadas de Barclays, BRE, HSBC y Standard Chartered por el desplome en los precios del petróleo podría sumar $3,400 millones" lo que sería una cantidad significativa para estos bancos quebrados.
Sin embargo, la situación es mucho peor. En una columna del mismo Telegraph que había escrito anteriormente el 1 de diciembre del 2014, titulada "La apuesta al petróleo por $650 mil millones se le revierte con el bajón en los precios del Brent", Titcomb había revelado que, con base en un informe del mismo Baura, desde el 2011, los bancos demasiado grandes para quebrar habían añadido la cifra increíble de $650 mil millones en deuda de alto rendimiento del sector petrolero, una cifra más alta de lo que hasta entonces conocía la EIR. En ese artículo de Titcomb, se muestra con una gráfica la exposición de los bancos a estos alto rendimiento, es decir deuda petrolera chatarra: Wells Fargo, $37 mil millones; JPMorgan Chase, $32 mil millones; Bank of America-Merrill Lynch, $21 mil millones; Citibank, $19 mil millones; Royal Bank of Canada, $18 mil millones; Scotiabank, $15 mil millones; Bank of Montreal, $13 mil millones; Barclays, $12 mil millones; HSBC, $12 mil millones; RBS, $11 mil millones; etc.
Si solo volara una cuarta parte de esta deuda —lo que es probable si los precios del petróleo se mantienen por abajo de los $60 por barril durante seis meses más— entonces esto constituiría una pérdida de $163 mil millones, una cantidad insostenible para los bancos dados todos los otros problemas en los que han incurrido.
En su artículo del 19 de diciembre del 2014 en la EIR titulado "El hundimiento petrolero puede desatar un crac de la deuda 'de alto riesgo' ", Paul Gallagher demostró que esto no es más que una parte del cuadro, ya que como pirámide en la punta de toda esta deuda petrolera en posesión de los bancos hay $4 billones en derivados relacionados al corretaje de energéticos, parte de la burbuja con derivados relacionados al corretaje de productos básicos por $20 billones. Entre más pérdidas tengan los bancos en su deuda petrolera más volátil se volverán los derivados.
Esto explica la prisa desvergonzada y peligrosa con la que Barack Obama, John Boehner y Jamie Dimon juntos "le tundieron" al Congreso el 11 de diciembre del 2014 para que aprobaran con dificultad el proyecto de ley de gasto público (Crominbus) en donde se incluye la disposición de derogar la Sección 716 de la Ley Dodd-Frank, cuyo resultado neto es darle a los bancos el respaldo financiero de la Corporación Federal de Seguros a los Depósitos, FDIC (como si sus apuestas en derivados fuesen depósitos de ahorros comunes y corrientes) en caso de que haya un desplome de sus derivados con productos básicos.
El desplome de la deuda petrolera bancaria no es más que el gatillo; la bomba más grande son las apuestas con derivados pendientes a nivel mundial por $ 2 mil millones de millones de dólares.
Lo que podría encender la mecha podría ser el parche del "petróleo de esquisto" en Estados Unidos y Canadá. Andrew Critchlow muestra en una gráfica del Telegraph publicado el 14 de noviembre del 2014 que el precio de equilibrio que requieren los productores de petróleo de esquisto para mantenerse vivos son: en la cuenca Bakken, una de las tres más grandes de EU, el precio de equilibrio es de $62 por baril; en la cuenca del Delaware en EU, el precio de equilibrio es de $73 por barril, en la cuenca Barnett Combo es de $83 por barril. Con el crudo West Texas Intermediate a $45.59 por barril, decenas de compañías de petróleo de esquisto en estas cuencas van a quebrar, junto con sus deudas.

Wall Street: Demasiado asustados como para poner buena cara ante el mal tiempo de la deuda incobrable

26 de enero de 2015 — El Financial Times del 25 de enero publicó una advertencia de que existe la posibilidad de que la crisis de la deuda petrolera haga que se repita el crac financiero del 2008; pero en realidad lo hace como el más serio de sus intentos cómicos por disfrazarla como "asegurar" de que esto no es probable que ocurra. "El deslizamiento de los precios petroleros no es similar al fiasco de las hipotecas de alto riesgo" es el título de la columna que también se publicó en Oil & Companies News del 26 de enero y otros medios. Lo más notable es que el artículo se basó claramente en la presentación preocupada del gobernador del Banco de Canadá en la reunión reciente de "mercados energéticos" en Wisconsin.
"La década pasada, los inversionistas aprendieron una lección desagradable sobre contagios" empieza diciendo el artículo. "Cuando los precios de los bonos hipotecarios y derivados relacionados se hundieron en el verano del 2007, al principio parecía que era un problema aislado. Ben Bernanke, entonces gobernador de la Reserva Federal, declaró que las pérdidas en las hipotecas de alto riesgo estarían limitadas a $25 mil millones de dólares. Pero durante el suceso, se extendió el pánico hasta infectar a todo el sistema financiero. Las pérdidas fueron 100 veces mayores.
"¿Podría suceder lo mismo de nuevo, como resultado del hundimiento de los precios del petróleo? Timothy Lane, subgobernador del Banco de Canadá, dijo en una conferencia sobre energía en Wisconsin que esto podría suceder y que los Bancos Centrales están alerta ante la posibilidad de que las conexiones financieras pudieran transmitir el estrés de los mercados petroleros al sistema financiero.
"Mientras tanto, los grandes inversionistas reflexionan sobre estos paralelos con las hipotecas de alto riesgo. Chris Flanagan, director de bursatilización del Bank of America Merrill Lynch, comparó recientemente la trayectoria del precio del petróleo crudo Brent con el índice ABX de los derivados hipotecarios de alto riesgo en el 2007. Encontró que los patrones son casi idénticos. 'Como analistas hipotecarios, nuestra preocupación con el escenario desordenado a la baja [de los precios del petróleo] quizá se ilustre con nuestra experiencia con la crisis de los valores de alto riesgo', escribió. 'Nosotros sentimos que parece que ya vimos esta película antes' ".
La naturaleza de las "declaraciones tranquilizadoras" que se ofrecen, se ilustra con lo siguiente: después de referirse a "las grandes diferencias" con el 2008, el artículo plantea que los reguladores están mucho más activos ahora; el Banco de Canadá está haciendo pruebas de estrés con relación a los $35 dólares por barril. Esto es risible después de que los bancos de Wall Street pisotearon al Congreso federal y a los "reguladores" en diciembre para que les rescaten los derivados en una eventual crisis.
Después viene esto: "Hay una tercera diferencia, también: la dispersión de los valores infectados. En el 2007, las pérdidas en los valores relacionados a las hipotecas crearon una reacción en cadena porque esos bonos y derivados estaban dispersos por todo el sistema. No solo estaban dispersos entre todas las carteras de muchos inversionistas; sino que también se utilizaron como colaterales para respaldar billones de dólares en transacciones financieras. No se niega que los bonos y derivados cuyo valor está ligado al precio del petróleo constituyen una porción considerable del universo financiero. Ellos representan una sexta parte de la deuda de riesgo corporativa de EU, y se acumula en muchas carteras de inversionistas. Pero, a diferencia del 2007, en general no se usan para respaldar otros acuerdos financieros".
Y si esto no hace que el lector pase chiflando por la tumba de Lehman Brothers, escuchen esto: "Mientras que los bancos que se metieron en problemas en el 2007 eran la piedra angular de todo el sistema financiero, las compañías de energía y casas de corretaje de productos básicos no lo son. Cierto que, si las compañías petroleras empiezan a incumplir en sus bonos, puede haber un efecto dominó por todo el sistema financiero...'.
Y finalmente: "El patrón se podría volver más pernicioso si resulta que hay grandes interconexiones financieras que los reguladores no pueden ver. No se puede descartar este escenario, dado que estos dos rincones del sistema financiero están turbios. Por ejemplo existe limitada información pública sobre lo que sucede en las gigantescas compañías de corretaje o cómo se entrelazan ellas con los bancos de inversiones".

LaRouche advierte: la creciente desesperación de Wall Street alimenta una confrontación termonuclear global

22 de enero de 2015 – Otro tsunami financiero está a punto de arrasar con Wall Street, y esto les lleva a empujar al mundo hacia una guerra general, para lo cual las últimas provocaciones en Ucrania sirven como el detonante inmediato para provocar una confrontación con Rusia.
Citibank es el ultimo de los bancos de Wall Street dizque demasiado grandes para quebrar, que registra graves pérdidas en el cuarto semestre, mientras que en conjunto los bancos de Wall Street han anunciado 50,000 despidos en medio mundo, y en medio de esto el gobierno ucraniano lanza nuevas provocaciones contra Rusia, se reúne con altos comandantes de la OTAN y anuncia un llamado para reclutar hasta 100,000 nuevos efectivos de tropa para lanzar una ofensiva militar en contra de sus propios ciudadanos en el oriente de Ucrania.
Funcionarios rusos han dejado en claro que, aún cuando procuran una solución diplomática a la crisis en el oriente de Ucrania —empezando con un cese al fuego inmediato y reanudar las pláticas directas entre el gobierno de Kiev y los líderes ucranianos orientales— no van a ceder ante el chantaje de la OTAN. El miércoles 21 emitieron sendas declaraciones el ministro de Relaciones Exteriores Sergei Lavrov y el vocero del Presidente Putin, Dimitri Peskov, dejaron en claro que entienden que las acciones de la OTAN no son más que una campaña para derrocar a Putin y convertir a Rusia en la víctima de otra revolución de color más. Este tipo de locura puede llevar al mundo a la extinción termonuclear en cualquier momento.
Rusia acaba de potenciar sus capacidades estratégicas y anunció una nueva docrina militar, mediante la cual dejan en claro que entienden la naturaleza del asalto asimétrico contra el actual liderato ruso.
En discusión con sus colegas del Comité Político, Lyndon LaRouche subrayó el miércoles 21 que Rusia está preparada para responder de manera preventiva a las provocaciones abiertas de Estados Unidos y de la OTAN, y esto también puede significar la obliteración de Estados Unidos si la actual trayectoria de Obama no termina ya. Esto, aclaró LaRouche, significa aplastar a Wall Street, que es la fuerza motriz detrás del inminente peligro de guerra.
El informe anual del Presidente Obama, el martes 20, sobre el Estado de la Unión, solo sirvió para transmitir provocaciones descaradas contra Rusia y contra China, y sus palabras no pasaron desapercibidas en Moscú ni en Pekín. Fue como un repugnante mitin como los que hacía Hitler en Nuremberg, pero en esta ocasión los demócratas se arrastraron frente a un Preside que ha destruido al partido y al país, a nombre de Wall Street y de Londres.
LaRouche fue contundente: "El informe de Obama sobre el Estado de la Unión fue clínicamente demente, repleto de las declaraciones más corruptas, podridas, insensatas e idiotas. Y lo que fue peor, el público lo aclamaba como una bola de idiotas. Fue un eco de los mítines de Nuremberg de la Alemania nazi".
"Es por eso", concluyó LaRouche, "que enfrentamos un peligro inmediato de guerra termonuclear".
Wall Street y Londres no solo están en bancarrota, sino que enfrentan el estallido inmediato de sus miles de billones de la burbuja de derivados financieros. Los mueve la creencia de que la guerra puede ser la solución a su inminente desaparición, lo cual los hace patológicamente peligrosos para la supervivencia misma de la raza humana.
Es en este contexto que el mitin que realizó el Comité de Acción Política de LaRouche en Wall Street el pasado martes 20 llevó la realidad al corazón mismo del distrito financiero. Miles de transeúntes se vieron confrontados con la realidad de la bancarrota de Wall Street, el peligro de guerra y la necesidad urgente de revivir la alternativa hamiltoniana, empezando con la reinstitución inmediata de la ley Glass-Steagall.
Es esa opción, por si misma, la que puede poner al mundo de nuevo en un rumbo de desarrollo, el cual ya está en marcha con las iniciativas de los países del BRICS, encabezados por China. En el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, esta semana, se reconoció abiertamente el papel de China en el lanzamiento de un nuevo paradigma económico global.
La cuestión vital es si se reconocerá a tiempo para actuar en consecuencia, la realidad del peligro de guerra inminente y el papel de Wall Street y Londres para empujar al mundo al borde de la aniquilación.


LAROUCHEPAC

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