Hombre en llamas

Hombre en llamas
Hombre en llamas. Orozco, J.C. Algunos críticos interpretan el mural como una glorificación de los cuatro elementos, otros ven en cada una de las figuras una simbología inherente al hombre mismo: el hombre teológico (que simboliza la tierra), el cual despierta en el mundo y convierte en dioses los fenómenos naturales que no comprende; el hombre metafísico (que simboliza el viento), el cual empieza a tener conciencia, reflexionando sobre la realidad del mundo; el hombre científico (que simboliza el agua), el cual analiza los fenómenos, los objetos, penetrando con su razón en sus esencias. Finalmente el hombre de fuego que debería simbolizar a Prometeo, el que rebelándose a los dioses entregó a los hombres la chispa del fuego, la cual representa al mismo tiempo la razón y la libertad. Así el hombre, ya libre, crea las artes en su constante lucha de superación; el hombre hecho fuego de pasiones, de anhelos de conquistas, pero sobre todo dueño de su vida, de su destino y de sus decisiones.

miércoles, 23 de abril de 2014

NARCOSUR





La periodista mexicana Cecilia González pasó cinco años investigando de cerca el narcotráfico en América Latina. En 'Entrevista con RT', la autora del libro 'Narcosur. La sombra del narcotráfico mexicano en la Argentina' relata su experiencia.
"EE.UU. es el principal responsable, o irresponsable, en realidad. Porque también hay que entender que toda esta expansión del narcotráfico, del crimen organizado, se debe al fracaso de los lineamientos que impuso EE.UU. durante el siglo pasado para combatir las drogas", asegura González.

La periodista hace referencia a la penalización del consumo, la criminalización del consumidor y la militarización del combate, que desde hace décadas han sido los pilares de la lucha contra la droga iniciada por Washington.

Toda esta expansión del narcotráfico, del crimen organizado, se debe al fracaso de los lineamientos que impuso EE.UU.


"40 o 50 años después ¿qué tenemos? Aumentó la producción, aumentó el consumo (…) aumentó el poder de los cárteles, se expandieron, se fortalecieron. Entonces todo eso lo que prueba es el fracaso de todas estas políticas".

Según la autora, es necesario pensar en nuevas estrategias porque evidentemente las que se implantaron "no funcionaron".


La periodista criticó además la actitud de EE.UU., afirmando que ese país "tiene una actitud muy hipócrita a nivel internacional o en su relación bilateral con México, y en su visión con los latinoamericanos también porque EE.UU. se victimiza, 'nos llenan nuestro país de drogas', sí, pero porque hay demanda", agregó.

González asegura que el tráfico de drogas desde Latinoamérica hacia EE.UU. no es un fenómeno fortuito, y que Washington usa un doble rasero a la hora de criminalizar a los responsables.

EE.UU. nunca ha detenido o nunca ha anunciado la detención de un capo estadounidense, siempre son latinoamericanos


"Además EE.UU. nunca ha detenido o nunca ha anunciado la detención de un capo estadounidense, siempre son latinoamericanos. Y por supuesto que hay cárteles estadounidenses porque los cárteles mexicanos, por decir algo, que son los más cercanos geográficamente, no participan en las redes de distribución. Ellos entregan, pero por supuesto que hay narcotraficantes estadounidenses, aunque de ellos nunca se habla".

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