Hombre en llamas

Hombre en llamas
Hombre en llamas. Orozco, J.C. Algunos críticos interpretan el mural como una glorificación de los cuatro elementos, otros ven en cada una de las figuras una simbología inherente al hombre mismo: el hombre teológico (que simboliza la tierra), el cual despierta en el mundo y convierte en dioses los fenómenos naturales que no comprende; el hombre metafísico (que simboliza el viento), el cual empieza a tener conciencia, reflexionando sobre la realidad del mundo; el hombre científico (que simboliza el agua), el cual analiza los fenómenos, los objetos, penetrando con su razón en sus esencias. Finalmente el hombre de fuego que debería simbolizar a Prometeo, el que rebelándose a los dioses entregó a los hombres la chispa del fuego, la cual representa al mismo tiempo la razón y la libertad. Así el hombre, ya libre, crea las artes en su constante lucha de superación; el hombre hecho fuego de pasiones, de anhelos de conquistas, pero sobre todo dueño de su vida, de su destino y de sus decisiones.

jueves, 17 de abril de 2014

NO LO MATARON, LO MULTIPLICARON


  POCHO LEPRATTI

Pocho tenia 35 años, había nacido en concepción del Uruguay, pero decidió vivir en el barrio Ludueña para trabajar con los más humildes. Coordinaba los talleres para niños, y daba clases de teología en la escuelita del padre Edgardo Montaldo, también trabajaba con el grupo de jóvenes "La Vagancia". 
El 19 de diciembre, en medio de la crisis que terminaría con la caída del presidenteFernando De la Rúa, varios policías que llegaron desde la ciudad de Arroyo Seco, a 30 km al sur de Rosario comenzaron a disparar en el fondo de la escuela. Lepratti subió al techo para defender a los menores que en su interior se encontraban comiendo. Se asomó gritando:
¡Hijos de puta, no tiren que hay pibes comiendo!
El uniformado Esteban Velásquez hizo fuego con su escopeta Itaka con balas de plomo, acertándole una de ellas en la tráquea, lo que causó su muerte instantánea.
El hecho motivó el procesamiento y posterior condena a 14 años de prisión para Velásquez, dictada por el juez de Sentencia Nº3, Ernesto Genesio, con el cargo de homicidio agravado por el uso de arma. Además tanto Velásquez como la provincia de Santa Fe fueron condenados a resarcir económicamente a los familiares de la víctima por los daños y perjuicios causados.1
La sentencia fue dada a conocer este jueves por la tarde, a un día de la llegada de la Comsiión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados de la Nación, que se constituirá en Rosario para entrevistase con autoridades judiciales, políticas y testigos. Esta coincidencia fue caratulada por algunos miembros de la Comisión No Gubernamental como "maniobra política". Lepratti fue asesinado el 19 de diciembre de 2001 cuando se encontraba en el techo de la Escuela 756 “José Serrano”, donde trabajaba. Estaba observando los disturbios que ocurrían en villa La Granada. Velásquez le disparó y lo baleó en la garganta desde un móvil del Comando Radioeléctrico de Arroyo Seco, cuando Pocho gritó que “no tiren porque hay chicos comiendo”.
Fuente: NotiExpress 5/8/2004
La Dirección de Asuntos Internos de la policía provincial había reconocido en un informe que “el asesinato del militante social Lepratti ocurrió fuera de la zona de saqueos y en los fondos de una escuela”, y que “no se justifica haber efectuado los disparos reconocidos, aun en carácter intimidatorio”.2
Los policías acusados argumentaron que habían abierto fuego porque habían sido atacados a balazos por vecinos apostados en el techo de la escuela. El vehículo policial tenía efectivamente marcas de balazos, pero todos realizados a nivel del suelo.3 El juez Julio García condenó a otros cinco policías (Marcelo Arrúa, Rubén Pérez, Daniel Braza, Roberto De la Torre y Carlos Alberto de Souza) por falsedad ideológica y encubrimiento agravado, ya que balearon y destruyeron el patrullero para simular un ataque y alegar que actuaron en su defensa.4
Aparentemente una testigo recogió un cartucho naranja, que corresponde a la munición de plomo y lo entregó a los investigadores policiales, pero éstos le entregaron a la Justicia un cartucho verde, que corresponde a las municiones de goma.3
Desde ese momento Lepratti se convirtió en símbolo de la resistencia de los sectores más vulnerables de Rosario.
"El trabajo nos hace ascender como personas, mientras que la falta de trabajo nos incita a la violencia, a la droga, a la delincuencia."


CONCEPCIÓN

Claudio Lepratti nació el 27 de febrero de 1966 en Concepción del Uruguay, Provincia de Entre Ríos. Hijo de Orlando Lepratti y Dalis Bel, el mayor de los seis hermanos Lepratti: Osvaldo, Laura, Martín, Celeste y Camilo. Su familia vive en Colonia los Ceibos que queda a pocos kilómetros de Concepción del Uruguay. 
Cursó la escuela primaria en la Escuela N° 30 “Alejandro Aguado” y la escuela secundaria en el Colegio “Santa Teresita” de Concepción del Uruguay, perteneciente a la orden Salesiana.
Entre 1983 y 1985 estudió Derecho en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Litoral como alumno libre. Durante estos mismos años Claudio se desempeñó como cooperador salesiano.
En 1986 ingresa como seminarista en el Instituto Salesiano “Ceferino Namuncurá” de la localidad de Funes (Santa Fe) y elige la carrera religiosa de “hermano coadjutor”,

ROSARIO

Cinco años más tarde, abandona el seminario y se radica definitivamente en la Ciudad de Rosario. Su primer domicilio es en el Barrio Empalme Graneros, y al año se muda al Barrio Ludueña donde empieza a participar activamente en las organizaciones de base que durante más de treinta años vino promoviendo el Padre Edgardo Montaldo, el referente religioso, social y ético que encontró Pocho Lepratti en su búsqueda de llevar al terreno de las realidades su opción por los pobres.

LA MILITANCIA SOCIAL

Pocho entre otras tantas actividades, participó y promovió la formación de una veintena de grupos de niños y jóvenes de las barriadas populares de Rosario.
 Entre los grupos que creó y coordinó en el barrio Ludueña se encuentran la Coordinadora Juvenil de la Vicaría Sagrado Corazón del Barrio Ludueña, La Vagancia (éste fue el primer grupo que formó), Los Gatos, Los Pelos Duros, Grupo de San Cayetano, Los Piqueteros de Lourdes LPDL, Los Ropes, y La Murga de los Trapos, agrupación que surgió por iniciativa de la Vagancia.
También participó en instancias de coordinación con otros grupos como la revista El Angel de Lata, Los Movimientos Chicos del Pueblo y con todas las comunidades eclesiales de Base, entre las cuales se encuentran Desde el Pie y Poryajhú (‘pobres’ en guaraní).
En el mismo barrio Ludueña Claudio promovió la realización de campamentos y talleres de formación.
Fue un promotor de grupos de huertas orgánicas y cría de pollos a través de su participación en el ProHuerta.
Colaboró en la multiplicación de Talleres en los barrios en el marco de los cuales se formaron grupos de mujeres y jóvenes en temáticas como prevención en salud, y tareas como la producción de jabón, fabricación de hornos y desarrollo de comedores comunitarios, etc.
Ideó junto a la gente del barrio Ludueña los periódicos LA NOTA y la NOTITA, los cuales eran realizados por los propios pibes a través de la participación en un taller de comunicación popular.
Particípó en Proyectos de prevención del VIH/SIDA, particularmente en el proyecto VIH/SIDA y el Mundo del Trabajo que coordinó acciones durante más de un año con el apoyo del PROMUSIDA de la Municipalidad de Rosario, proyecto que articulara los esfuerzos de organizaciones como la CTC, AMMAR, ATE, CTA, CEDIS, EISEA, SERPAJ, PMSIDA y posteriormente la Biblioteca Popular “Pocho Lepratti”.
Integró la pastoral juvenil, y en su esfuerzo por formarse y compartir las experiencias de organización y lucha popular de nuestra zona, participó en un centenar de encuentros nacionales e internacionales como los Seminarios de Formación Teológica, los cuales que se realizan habitualmente cada año, encuentros y congresos culturales, gremiales, cristianos, etc.
En el año 2001 viajó al seminario del Cesep de Brasil, en el que se encontró con algunas de las más importantes experiencias de organización y lucha popular de América Latina, por ejemplo las desarrolladas por las comunidades eclesiales de Base de Brasil, el Movimiento de los Sin Tierra, el Zapatismo del Estado de Chiapas en el sur de México, el Centro Memorial Martín L King de Cuba y un centenar de militantes de base de otros países

MILITANCIA GREMIAL Y LABURO.

En su actividad gremial fue delegado de Base y congresal provincial de ATE, y congresal de la CTA.
Claudio militó y acompañó activamente la organización de la lucha en solidaridad con los trabajadores en conflicto a través de movilizaciones, instalación de carpas de protesta, huelgas, etc.
Trabajó en el Crecer 19, y dando clases en la escuela del barrio Ludueña conocida como “la escuela del Padre Edgardo Montaldo” – ya que fue el Padre Montaldo quien, junto a los primeros jóvenes y vecinos del barrio que se  acercaron a trabajar junto a él, soñaron y lucharon hace más de treinta años para construirla-
Trabajó también en la Cocina Centralizada de Rosario desde fines de 1992 hasta diciembre de 1996, cuando después de un duro conflicto de los trabajadores no docentes de los comedores escolares, – entre los que Pocho jugaba un papel central en la organización – el conflicto culminó cuando se logró que el Gobierno Provincial tomara a un grupo de trabajadores, entre los que se encontraba Pocho, y a partir de entonces pasó a desempeñarse como personal no docente de comedores escolares en la Escuela 756 del barrio Las Flores, hasta el día en que lo asesinaron.

Confusión de bicicletas[editar]

En Rosario se confunden los grafitis del Pochormiga con los 350 esténciles de bicicletas negras grabadas en las paredes de la ciudad entre marzo de 2001 y noviembre de 2002 por el artista plástico Fernando Traverso (1951).
Ese equívoco es común en Rosario, donde la mayoría de los habitantes creen que esas bicicletas representan a Pocho Lepratti.
Traverso salió del anonimato el 19 de diciembre de 2003, cuando el Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino lo premió por esta obra. El artista dijo, refiriéndose a esta obra: “Una bicicleta vacía refleja la imagen de un cuerpo ausente”.
Hay 350 bicicletas porque ese fue el número aproximado de estudiantes de la Universidad de Rosario detenidos y desaparecidos(secuestrados, torturados y asesinados) en Rosario durante el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983).

No hay comentarios.:

Publicar un comentario