El martes pasado el ex presidente de Shell y actual Ministro de Energía y Minería Juan José Aranguren dio una conferencia de prensa donde blanqueo la crisis energética que vive el país. En ningún momento de su intervención dedicó unas palabras a las empresas privatizadas que a lo largo de todos estos años no han invertido un peso. Mientras el consumo de electricidad del país aumentaba, esa energía seguía siendo distribuida por el tendido eléctrico de la vieja empresa estatal (SEGBA) que privatizó Menem, generando los calentamientos y fundición de cableados y fases que generan los cortes a los que ya nos acostumbramos en cada verano.
José Rigane aseguró que la declaración de emergencia energética “va a servirle al gobierno de Macri para instalar el aumento de tarifas” y que será el pueblo el que pague con la quita de subsidios y no las multinacionales “fuertemente subsidiadas y con altísima rentabilidad en este país”.
José Rigane aseguró que la declaración de emergencia energética “va a servirle al gobierno de Macri para instalar el aumento de tarifas” y que será el pueblo el que pague con la quita de subsidios y no las multinacionales “fuertemente subsidiadas y con altísima rentabilidad en este país”.
A propósito de esto, José Rigane, secretario general de la FeTERA, agregó : “de esta manera se confirma la existencia de la crisis energética, algo que venimos denunciando hace muchos años y que el gobierno kirchnerista se negaba a reconocerlo. Por esto es que el sistema está lleno de parches actualmente”.
Además, se preguntó: “¿Qué pasó con el dinero de los subsidios de todos estos años? ¿En qué se invirtieron esos millones de pesos? ”
Profundizando las políticas del mercado, no se va a desarrollar ninguna iniciativa que apunte a la recuperación de la soberanía energética nacional. “Se sigue pensando en la energía como una mercancía y no como un bien social, como un derecho humano”, dijo.
“Ninguna de las empresas de energía, ni las petroleras ni las eléctricas, hacen política social. Lo que quieren es rentabilidad. Si hubiesen perdido millones de pesos como dicen se hubiesen ido del país hace rato. Pero no lo hicieron. Eso es porque siguen ganando millones”, dijo.
Por último expresó que “la mirada que pone el foco en la recuperación de la soberanía, en recuperar al estado como un protagonista fundamental y principal, que puede estudiar, planificar, controlar y desarrollar políticas energéticas, no es la misma mirada que tiene el libre mercado”.
Además, se preguntó: “¿Qué pasó con el dinero de los subsidios de todos estos años? ¿En qué se invirtieron esos millones de pesos? ”
Profundizando las políticas del mercado, no se va a desarrollar ninguna iniciativa que apunte a la recuperación de la soberanía energética nacional. “Se sigue pensando en la energía como una mercancía y no como un bien social, como un derecho humano”, dijo.
“Ninguna de las empresas de energía, ni las petroleras ni las eléctricas, hacen política social. Lo que quieren es rentabilidad. Si hubiesen perdido millones de pesos como dicen se hubiesen ido del país hace rato. Pero no lo hicieron. Eso es porque siguen ganando millones”, dijo.
Por último expresó que “la mirada que pone el foco en la recuperación de la soberanía, en recuperar al estado como un protagonista fundamental y principal, que puede estudiar, planificar, controlar y desarrollar políticas energéticas, no es la misma mirada que tiene el libre mercado”.
Fuente: ACTA-CTA
Aunque Aranguren no se atrevió a hablar del nuevo cuadro tarifario, desde antes de asumir, el gobierno de Macri venía advirtiendo que el quite de subsidios a las facturas de luz y gas estaban en el centro de su programa de ajuste. El fantasma de los cortes programados, que fue algo recurrente durante el gobierno de Alfonsín, vuelve a flotar en el aire. En declaraciones a radio Mitre el día de ayer el flamante ministro reiteró que cuando el gobierno logre controlar la inflación “va a ser posible luego reconocer el costo de producción tanto de gas natural como de energía eléctrica”. Esto sugiere que la elevación de las tarifas y quita de subsidios, podría ir en etapas, aunque sólo para un sector de la población de menores ingresos. De cualquier forma, nuevamente los que pagaremos los costos de la crisis seremos los trabajadores. No están previstas ningún tipo de multa o sanción a las empresas que durante toda la década han devorado miles de millones de pesos en materia de subsidios sin invertir un solo peso en mejorar la infraestructura de los servicios. Son unos verdaderos parásitos.
Somos los trabajadores y los usuarios los únicos genuinamente interesados en el correcto funcionamiento de este servicio como un bien social y no como una fuente de rentabilidad. Por eso, a la política de Macri frente la declarada crisis energética de cortes programados y tarifazos para el pueblo trabajador, nosotros contraponemos el programa del Frente de Izquierda: es necesaria la estatización sin pago de todo el circuito de producción de energía bajo control de sus trabajadores y usuarios. Desde las usinas de generación (incluyendo las refinerías de gas y petróleo, donde la energía eléctrica es un producto derivado), las empresas de distribución, transportadoras y hasta las cuadrillas de mantenimiento.
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