Hombre en llamas

Hombre en llamas
Hombre en llamas. Orozco, J.C. Algunos críticos interpretan el mural como una glorificación de los cuatro elementos, otros ven en cada una de las figuras una simbología inherente al hombre mismo: el hombre teológico (que simboliza la tierra), el cual despierta en el mundo y convierte en dioses los fenómenos naturales que no comprende; el hombre metafísico (que simboliza el viento), el cual empieza a tener conciencia, reflexionando sobre la realidad del mundo; el hombre científico (que simboliza el agua), el cual analiza los fenómenos, los objetos, penetrando con su razón en sus esencias. Finalmente el hombre de fuego que debería simbolizar a Prometeo, el que rebelándose a los dioses entregó a los hombres la chispa del fuego, la cual representa al mismo tiempo la razón y la libertad. Así el hombre, ya libre, crea las artes en su constante lucha de superación; el hombre hecho fuego de pasiones, de anhelos de conquistas, pero sobre todo dueño de su vida, de su destino y de sus decisiones.

sábado, 25 de julio de 2015

SITUACION MUNDIAL Y CAMPAÑA PRESIDENCIAL


"Estamos en una situación similar a la previa del estallido de la convertibilidad"

Cuando las masas comienzan a desprenderse de los partidos tradicionales y buscan en la izquierda su vehículo político, está "ante una oportunidad histórica”
"Los partidos -recordó - no son hacedores de los procesos políticos, sino vehículos del pueblo".
Altamira consideró que el carácter de la campaña presidencial es, en general, "provinciano", porque carece de una caracterización de lo que sucede en el mundo. "Se trata -dijo- de una falla metodológica que se agudiza en el contexto actual, de crisis excepcional".
La situación actual, prosiguió, es aún más grave que la de 2008 a nivel mundial.
 En aquel momento había "un endeudamiento privado fabuloso para financiar el consumo... el rescate de bancos y empresas (generó) "un endeudamiento público sin precedentes". España, por ejemplo, pasó de una deuda equivalente al 40 por ciento de su PBI a otro superior al 120 por ciento de ese producto.
 Los Estados se endeudaron para rescatar los sistemas financieros, al tiempo que quebraron en casi toda Europa los llamados sistemas de bienestar social. En el ejemplo español, la desocupación trepó al 24 por ciento.
"Lo más interesante es que ninguno de esos ajustes alivió la carga mundial de la deuda". 
¿Por qué la situación es hoy peor que en 2008? Altamira citó- en ese sentido- un informe del Banco Internacional de Basilea (llamado "el banco central de los bancos centrales"). Ese informe indica que "los recursos financieros y políticos usados en 2007 para rescatar, hoy no se podrían usar porque se encuentran agotados".
 Existe, explicó Altamira, una enorme crisis sistémica de sobreproducción. China, por ejemplo, produce ella sola acero suficiente para atender la demanda de todo el mundo. "Las crisis de sobreproducción -añadió- producen una distorsión estadística, porque todo lo que se produce es considerado parte del PBI. Pero cuando se produce en exceso hay una desvalorización del capital que lo produce y de las mercancías producidas (...) lo que hoy se discute en Grecia es si se sale mediante una hambruna general para mantener el valor de los capitales o si se producirá una gigantesca desvalorización de capitales para reanudar el proceso productivo sobre una nueva base, que nadie, sin embargo, vislumbra". Esto, concluyó, "en términos históricos y sociales es un colapso que traerá grandes rebeliones y crisis políticas internacionales".

 Argentina
 Este contexto histórico se encuentra ausente en el debate electoral.
La crisis mundial se manifiesta en nuestro país "en desequilibrios monumentales".
A modo de ejemplo, citó un solo dato: la deuda del Banco Central es igual al total de los depósitos a plazo fijo. "Y como el Estado no le va a pagar al Central y el Central no le va a pagar a los bancos, estamos en una situación como la previa a la crisis de la convertibilidad".
 La salida a este estado de cosas "la discuten los grupos económicos, los grandes intereses, pero no está en la agenda del debate electoral". Los tres candidatos principales de los partidos patronales, Scioli, Macri y Massa, "siguen la línea de la devaluación y el tarifazo para corregir esos desequilibrios; es decir, una nueva tentativa de descargar la crisis sobre las espaldas de los trabajadores". La devaluación y el tarifazo, además, "son una salida falsa" que acentuará los desequilibrios que se proponen combatir. Dio como ejemplo la devaluación de Kicillof, en enero de 2014, que provocó un conato hiperinflacionario que el gobierno se apresuró a corregir, asustado, mediante un enorme endeudamiento.
 La izquierda -añadió- opone al ajuste, la convocatoria a un Congreso económico de los trabajadores para "establecer prioridades de desarrollo económico, social y político".


Fragmentos de charla de Altamira al intervenir en el ciclo de precandidatos presidenciales organizado por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) de la Universidad Torcuato Di Tella.


"Golpe de mercado"

La corrida del dólar continúa. La Corte Suprema, por su parte, declaró legal "el contado con liqui" (el mercado de compra-venta de títulos dolarizados mediante pesos). El “contado con liqui” sirve, además, para fugar capitales cuando el vendedor de títulos en dólares es la Anses. La Comisión Nacional de Valores y el BCRA avalan esta operatoria, que conecta el mercado local de deuda externa con el internacional.

Asistimos -dice un columnista de Clarín- a "un ejercicio de anticipación que en la jerga se llama dolarización de carteras, de empresas, bancos e inversores que prefieren estar en dólares o sentarse sobre los dólares" (19/7). Los exportadores, empezando por las cerealeras, han reducido a la mitad las liquidaciones de granos habituales para esta época.

La política de los K ha potenciado la presión devaluatoria a través de un endeudamiento feroz, tanto del Tesoro como del Banco Central, que ha remunerado con elevadas tasas de interés a los especuladores, los que ahora convierten sus ganancias en dólares. Así, ha desarrollado una bomba de tiempo, que se ha convertido en un bumerán.


Déficits gemelos

Por primera vez en la década, la balanza comercial en 2015 arrojará un quebranto. Se ha pasado a déficit gemelos -fiscal y comercial. De acuerdo con los datos de la Aduana, el rojo comercial es de 964 millones de dólares. El déficit fiscal previsto para el año es del 6% del PBI -unos 30 mil millones de dólares o 300 mil millones de pesos. La industria ya lleva 22 meses consecutivos de caída.

Otra fuente de crisis es la recesión en Brasil y la devaluación en el real (fuga de capitales), la caída de los precios de las materias primas y la salida de la moneda china hacia el dólar (1 billón de dólares en los doce últimos meses), lo cual valoriza la moneda norteamericana.
La emisión monetaria destinada a financiar al fisco creció un 60% en términos interanuales. El Banco Central se ha endeudado en alrededor de 400 mil millones de pesos, con un rendimiento para los bancos locales de casi 100.000 millones de pesos en 2015.


Hoja de ruta

La hoja de ruta de la burguesía es la corrida contra el peso, la devaluación y el levantamiento del cepo al movimiento de capitales de corto plazo. Hay 15.000 millones de dólares de utilidades retenidas y 10.0000 millones de dólares acumulados para importar. Kicillof, por decisiones comerciales internacionales, anunció que las declaraciones juradas de importación concluirán a partir del 1° de enero de 2016, lo cual levanta el cepo para la industria.


La corrida y la crisis cambiaria podrían acentuarse hasta octubre, como resultado de las presiones financieras como también de las contradicciones del proceso político. Las ‘cuevas' están a la expectativa de lo que salga de las Paso.

Prensa Obrera.

La Crisis de Capitalismo (en dibujos) por David Harvey (Doblado con voz ...



"TEMO QUE USTED TIENE
CAPITALISMO..."


David Harvey - 17 contradicciones y el fin del capitalismo




"Cómo funciona el capitalismo" (Documental que revela sus leyes internas no sus síntomas






jueves, 16 de julio de 2015

BARBAS EN REMOJO DE TODA EUROPA...GRECIA

Como fue señalado incluso en los pasillos de los buitres que se reunieron bajo la etiqueta del Eurogrupo, el paquete económico que le fue impuesto a Grecia es sencillamente colonial. La desmesura de sus términos lo convierte en inviable -mejor (o peor) aún, conducen como por un tubo a la explosión social y a una crisis revolucionaria. La conclusión es que el epicentro de la crisis es la zona euro, no Grecia -y que todo el palabrerío acerca de un rescate de Grecia por parte de Europa no tiene que ver con Grecia sino con el salvataje de la eurozona.
En plena crisis humanitaria, los buitres de las finanzas capitalistas exigen que Grecia eleve aún más los impuestos al consumo y que amplíe la base imponible; que reduzca los gastos de asistencia y seguridad social, y que además agilice los desalojos -en un país donde el derrumbe capitalista ha dejado a centenares de miles de familias sin vivienda. Como broche, los buitres toman posesión de la totalidad del patrimonio público, con excepción (por ahora) de los monumentos de la Grecia antigua, para convertirlos en garantía del pago de la deuda pública o para proceder a su privatización. Con estas medidas se proponen, por un lado, confiscar una porción mayor de los escasos recursos que quedan a los griegos y apoderarse de miles de viviendas como compensación por el impago de hipotecas bancarias. Por otro lado, apunta a crear, con el patrimonio que se confisca, un fondo financiero para recapitalizar a los bancos quebrados de Grecia. Por último pero sumamente importante, el paquete compromete al parlamento heleno a liquidar las negociaciones colectivas y los sindicatos.
 
 
Crisis planetaria
 
Se trata de un monstruoso operativo de rescate del capital europeo e internacional, de ningún modo de Grecia. Grecia tiene una deuda pública de 350 mil millones de euros, el 180% del PBI. Los bancos griegos, a su vez, deben 180 mil millones de euros al sistema de bancos centrales de la zona euro (operatoria Target II); cerca de 100 mil millones al BCE (préstamos de emergencia); y otros 100 mil millones a los clientes que aún no retiraron sus depósitos. Todo sumado, tenemos 730 mil millones de euros de una deuda imposible. Aunque el 90% de la deuda pública con los bancos extranjeros ha sido transferida a los Estados respectivos, estos Estados han financiado el ciento por ciento del rescate mediante la emisión de deuda pública propia en el mercado de bonos. Los que aseguran, entonces, que la bancarrota de Grecia no afecta a los fondos y bancos europeos, simplemente no saben de lo que están hablando. ¡Es precisamente porque los fondos y bancos acreedores están seriamente afectados que el paquete de los buitres prevé un nuevo rescate por 85 mil millones de euros, que el FMI acaba de considerar insuficiente, para pagarle a esos acreedores -en primer lugar a los acreedores de los bancos de Grecia!
Cuando se considera el conjunto de la situación, ¿qué queda claro? Lo que queda claro es que el rescate del Estado y la banca de Grecia deberá ser pagado por los trabajadores de Grecia y de toda la eurozona, como por otra parte es lo que ha venido ocurriendo. En ese ajuste monstruoso no solamente se cuentan los salarios -también las inversiones; Alemania, por ejemplo, no ha invertido, virtualmente, en toda la década, por lo que la productividad del trabajo tampoco crece. Asistimos a un desarrollo del parasitismo. El primer ‘contagio’ de la bancarrota de Grecia se va a manifestar en una mayor austeridad económica y social en toda la eurozona.
 
El gobierno alemán advierte que la crisis griega es una amenaza para el conjunto de la estructura política y financiera de la zona euro. En primer lugar porque golpea una creación reciente del Eurogrupo - la llamada ‘mutualización' de deudas, que consiste en un fondo de constituido por todos los estados miembros, para rescatar a países en defol. Este fondo tiene en su poder la mitad de la deuda pública griega (160 mil millones de euros), que compró a los acreedores privados de Grecia y que Grecia no puede pagar. No sólo se hunden las víctimas de la crisis sino también los rescatistas. Los acreedores de ese fondo de rescate del conjunto de los estados europeos corren el riesgo de no cobrar su parte. La otra creación de la Comisión Europea es una suerte de ley de quiebras para bancos, con la intención de socorrer a los que se encuentran en problemas o liquidarlos en forma ordenada. Ocurre, sin embargo, que la banca de Grecia entera se va por las alcantarilladas sin que aparezca un salvador financiero. La bancarrota de Grecia, en efecto, ha tenido un efecto neutrónico en todo el sistema euro, lo cual explica la envergadura de los choques políticos que describen los diarios.
 
Después del referendo
 
Lo que impacta a la opinión mundial es el giro en apariencia descomunal que ha dado el gobierno de Grecia, que pasó de promover un NO a los planes de rescate del Eurogrupo a la aceptación de otro muchísimo más confiscatorio. Es que la victoria del NO desató una fulminante polarización política, porque puso de manifiesto una rebelión popular contra el conjunto del Eurogrupo e incluso la Unión Europea. De acuerdo al columnista más destacado del diario inglés The Telegraph, el primer ministro de Grecia habría convocado el referendo para obtener una victoria del SI de aceptación del paquete del Eurogrupo, no la victoria del NO. Con este SI habría buscado doblegar la oposición interna a una capitulación. Contra todas las expectativas, el país no se dejó intimidar por el cierre de los bancos ni por la amenaza de que una victoria del NO equivalía a una expulsión de la eurozona. Los términos mismos del referendo eran tramposos, porque no mandataban a nada concreto sino a rediscutir otro paquete, que ni siquiera seguía estando arriba de la mesa. En resumen, el ‘premier' Tsipras se dejó arrastrar por una tendencia popular que no podía contrariar sin el riesgo de hacer caer al gobierno. Es lo que de todos modos ocurrirá ahora. El pasaje del método parlamentario de gobierno al refrendario o plebiscitario, y de aquí al bonapartismo, se ha agotado en un abrir y cerrar de ojos. La troika europea hace tiempo que sabe que no existe una salida económica a esta crisis, por eso no ha vacilado en desatar una blitzkrieg (guerra relámpago) para producir un cambio de régimen político. La victoria del NO ha precipitado los acontecimientos. Es lo que ocurre siempre con los triunfos ‘a medias'; al impulsar el NO con consignas revolucionarias, los partidos revolucionarios han comenzado a ganar una cierta autoridad para tallar en los acontecimientos próximos. La Europa imperialista enfrenta la posibilidad de una crisis revolucionaria en el bajo vientre del continente -el puente hacia las arenas movedizas del Medio Oriente.
 
La crisis política ha alcanzado alturas elevadísimas en apenas dos semanas. El FMI, que venía diciendo que cualquier tentativa de cobrar la deuda de Grecia es inviable, decidió publicar el informe completo en vísperas de la votación parlamentaria del paquete colonial en cuestión. Es una forma de decir que un voto positivo no serviría para nada y que mejor sería tumbar al gobierno. Es lo que ocurrirá de todos modos si el paquete es aprobado por los votos favorables de la oposición. La pelota de la crisis pasará a campo del parlamento y la política de Alemania, que tendrá que lidiar con una crisis de alcance continental. Francia e Italia serían las víctimas exquisitas de esta crisis. El llamado proyecto de unión fiscal, bancaria y política de la eurozona se iría al diablo; una Europa unida no se construirá por medio de una superación pacífica de los antagonismos nacionales.
 
Todo parece indicar que la vuelta carnero de Syriza y el incremento vertiginoso de las presiones imperialistas, han aguzado la tendencia a la rebelión popular. La evolución política de las grandes masas griegas ha tenido un desarrollo aceleradísimo en cuatro años; solamente en cuatro meses pasó de un 38% de votos a Syriza a un 62% por el NO, y al repudio al gobierno que había acabado de votar. Obviamente, no existe un partido revolucionario que haya conquistado una autoridad política en el período precedente. Grecia tiene, no hay que olvidarlo nunca, una fuerte tradición revolucionaria y contra revolucionaria.
 
China y Rusia han asistido a esta crisis desde afuera, porque no tienen los recursos ni el interés de obstaculizar al Eurogrupo. China sería la mayor beneficiaria de la privatización de los puertos de Grecia, y por lo tanto la primera aportante al fondo de rescate que busca crear Alemania con las privatizaciones. Rusia está paralizada por su propia declinación. Las fantasías acerca del rol mediador de los BRICS, ha durado un suspiro.
 
¡Heraus!
 
Todo indicaría que el ministro de finanzas de Alemania, Schaube, estaría impulsando la salida temporaria o definitiva de Grecia de la zona euro. Para la inmensa mayoría de los comentaristas, esto provocaría un caos tremendo, incluso si fuera pactada. En este caso, circularían en Grecia dos monedas -una de cuenta, el euro, y otra comercial, la dracma u otro papel que funcione como medio de pago. Alemania principalmente fijaría el cobro de una cuotra regular de la deuda de Grecia, como la que le impusieron a ella los vencedores de la Primera Guerra Mundial. Sería una forma modificada brutal del ajuste, pues su consecuencia sería una desvalorización de gran magnitud de los ingresos de la población y de la recaudación fiscal. El Estado financiaría el pago de la deuda pública con los euros que ingresen de un saldo favorable del comercio con el exterior y con inversiones internacionales. 
 
La "catástrofe que amenaza" a Grecia solamente puede ser "combatida" por un gobierno de trabajadores que tome bajo su dirección la totalidad del proceso económico y en primer lugar la banca y que declare el repudio unilateral de toda la deuda exterior. A partir de aquí sería capaz de introducir una reglamentación estricta de la economía, para garantizar los derechos básicos sociales de los trabajadores y reactivar la producción sobre la base de los recursos existentes. El desarrollo ulterior del plan económico dependerá del desarrollo de esta misma crisis a nivel mundial. 


Prensa Obrera.

sábado, 11 de julio de 2015

Cacique preso por acusacion fraguada y empresarios usurpadores de tierras sospechados de asesinato de diaguita, libres.

El jefe de una comunidad diaguita esta acusado por “robo agravado”
Reclamos por un cacique preso

Francisco Chaile intentó hace un mes una negociación para recuperar tierras entregadas a su comunidad, pero terminó preso. La Unión Diaguita anunció un plan de lucha para exigir su liberación y abogados de derechos humanos presentaron un hábeas corpus.
El cacique diaguita Francisco Chaile está preso en Tucumán desde hace un mes, acusado de un presunto intento de robo. Las comunidades indígenas de la provincia, nucleadas en la Unión de Pueblos de la Nación Diaguita (UPND), dan cuenta de otro motivo: “Es la consecuencia de los intereses económicos sobre el manejo de la Ciudad Sagrada (espacio territorial pretendido por empresarios turísticos), vinculados con intereses políticos locales y la parcialidad de la Justicia provincial”. La Unión Diaguita anunció un plan de lucha para exigir su liberación, marcharon a la capital y, en paralelo, abogados de derechos humanos presentaron un hábeas corpus.
La Comunidad India Quilmes vive en Colalao del Valle (Valles Calchaquíes, norte de Tucumán). Francisco Chaile es el cacique y uno de las referentes en el reclamo territorial. El 6 de junio, intentó iniciar una negociación para recuperar las tierras de su comunidad, cuando se desató un conflicto. La policía de Tucumán y Gendarmería Nacional lo detuvieron bajo la acusación de “robo agravado por uso de armas”.
Intervinieron la Fiscalía de Instrucción Primera de Monteros, a cargo de Mónica García de Targa, y el juez Mario Velázquez, quien decidió dejar preso a Chaile (en la localidad de Monteros) y, un mes después (el 7 de julio), dictó la prisión preventiva. “Es toda una causa irregular. No existe prueba del supuesto robo y no se cumplen los requisitos mínimos para dictarle la prisión preventiva, situación que implica que puede estar preso hasta dos años”, explicó Belén Leguizamón, de la ONG Andhes (Abogados del Noroeste Argentino en Derechos Humanos y Estudios Sociales).
La Comunidad India Quilmes forma parte de la Unión de Pueblos de la Nación Diaguita (UPND) de Tucumán. El 1º de julio se movilizaron en la localidad de Monteros para exigir la liberación de Chaile. Ante la falta de respuesta, el viernes 3 comenzaron con cortes de ruta. El 8 de julio se movilizaron hasta la capital provincial. Denunciaron que no hubo justicia por ninguna de las represiones contra la comunidad (incluso con heridos graves) ni por la usurpación de la ciudad sagrada. “Y sin pruebas, ahora el Poder Judicial incrimina a Chaile y le dictan prisión preventiva”, remarca el comunicado de la UPND.
Las comunidades indígenas de Tucumán plantearon tres puntos. Libertad inmediata al cacique Chaile, que se cumplan los fallos judiciales que restituyen la Ciudad Sagrada a la comunidad originaria y “medidas urgentes” de organismos nacionales y provinciales para garantizar la integridad de los diaguitas.
El trasfondo de la detención en la lucha por el territorio. La Comunidad India Quilmes cuenta con una Cédula Real, emitida por la Corona Española en abril de 1716 y aceptada por el Ministerio Público de Buenos Aires en 1853. Ambos, Corona y Ministerio Público, reconocieron la posesión y derecho territorial de las comunidades que hoy habitan el noroeste provincial. “Dar posesión real al cacique (...) y en ningún tiempo os han de quitar persona alguna”, señala el documento histórico.
La Cédula Real es prueba reconocida por el derecho local (provincial y nacional) y también por tratados internacionales de derechos humanos. No específica leguas ni hectáreas, pero sí limites señalados por montañas, lagos y arroyos que aún perduran, en base a los cuales la comunidad diaguita estima un piso de 120.000 hectáreas. El Pueblo Diaguita denuncia que, en el último siglo, les fue arrebatado más de la mitad del territorio.
De ese despojo deriva el epicentro del actual conflicto es la Ciudad Sagrada de Quilmes, que había sido concesionado por la Secretaría de Turismo de Tucumán en 1992 al empresario Héctor Eduardo Cruz para su explotación económica.
 Pese a una orden judicial para desocupar el sitio y los reclamos de la CIQ, el empresario continuó ocupando ilegítimamente el sitio sagrado hasta 2007, cuando fue finalmente restituido a la comunidad.
El conflicto se mantuvo, con órdenes de desalojo y feroces represiones (en 2009, 2010 y 2011), que incluyeron destrucción de viviendas y heridos graves. En noviembre de 2013, la CIQ volvió a sufrir la usurpación de la Ciudad Sagrada. Un grupo dirigido por Héctor Cruz (antiguo concesionario) violentó a la comunidad y se hizo del territorio indígena. En marzo de 2014, un amparo judicial ordenó la restitución del territorio a la comunidad, pero el empresario Cruz sigue en el lugar. En enero pasado, un patota volvió a atacar a la comunidad.
La ONG Andhes (Abogados del Noroeste Argentino en Derechos Humanos y Estudios Sociales) apeló la prisión preventiva y presentó un hábeas corpus que detalla la situación de salud de Chaile y solicita la prisión domiciliaria. “El Poder Judicial de Tucumán no ha atendido el reclamo de la CIQ para que se le restituya el ejercicio pleno de sus derechos sobre la Ciudad Sagrada, lo que ha generado una escalada de violencia en estos últimos años y tiene directa vinculación con la detención de Chaile”, denunció la ONG, recordó que “no está acreditado” el robo que se le acusa al cacique y resaltó que el conflicto tiene un trasfondo empresarial-político.
El caso de Chocobar
El 12 de octubre de 2009 fue asesinado en Tucumán Javier Chocobar, diaguita de la comunidad Chuschagasta. El contexto del crimen fue una disputa territorial y el momento del asesinato está filmado (incluso circula por Internet). A casi seis años del crimen, aún no hubo juicio y los tres acusados están en libertad (el empresario Darío Amín, y los policías retirados José Valdivieso y Luis Gómez). La causa está en poder de la Sala Cuarta de la Cámara Penal de Tucumán, a cargo de María Alejandra Balcazar, Wendy Adela Kassar y María del Pilar Prieto.
“El poder punitivo de la Justicia cuando se debe aplicar para el resguardo de los derechos de los desposeídos es de una lentitud que habla por sí sola de la desigualdad que padecemos. La muerte del hermano Chocobar se enmarca en esta situación de violencia, de juicios, de campañas mediáticas de desprestigio sobre nuestros representantes, donde el racismo, la intolerancia y el desprecio por el derecho y la vida son moneda corriente”, explicó la Unión de Pueblos de la Nación Diaguita.

REBELION
Página 12

viernes, 10 de julio de 2015

VAROUFAKIS: renunciante MINISTRO de ECONOMIA GRIEGO. CRISIS ES DE SISTEMA EURO COMO WALL STREET Y CITY LONDRES




El momento griego de Europa




Para las élites europeas, Grecia es un adecuado chivo expiatorio
Por Yanis Varoufakis, 7 de julio de 2015
Dos años se tomó la canciller alemana Angela Merkel para ir a visitar al Presidente Obama. Se presentó en la Casa Blanca el pasado mes de junio. Después de ser recibida con una considerable pompa y ceremonia, los dos líderes se sentaron en el Despacho Oval durante dos horas para hablar de los asuntos mundiales más acuciantes. Después de la reunión, los secretarios de prensa sorprendieron a los allí presentes diciendo que los líderes de las dos naciones más poderosas de Occidente habían pasado una hora y cuarenta y cinco minutos hablando de Grecia ( es decir, que los quince minutos restantes lo pasaron debatiendo sobre la intervención en Libia).
Sólo en otra ocasión Grecia había tenido tanto atención en las mentes de las élites occidentales. Fue en el mes de diciembre de 1944, con ocasión del estallido de la Guerra Civil griega. La preocupación residía en que era el comienzo de la Guerra Fría, la Doctrina Truman, y todas las consecuencias que esto trajo. ¿Podría ser que la crisis de la deuda griega suponga para el mundo a partir del 2008 lo mismo que supuso la Guerra Civil griega en la época de la posguerra?. Quizás. Pero de ser así, la razón no es la deuda griega, de hecho no va a ser la deuda de nadie.
Antes de hacer un repaso a los verdaderos orígenes de la crisis, sería útil examinar otra visita oficial más reciente. El 18 de septiembre de 2011, el Secretario del Tesoro, Tim Geithner, se presentó en uno de los encuentros regulares de los Ministros de Finanzas europeos con el objeto de compartir algunas ideas sobre cómo podría ponerse fin a esta crisis desconcertante del euro. Aunque pueda parecer sorprendente, los consejos sensatos de Geithner fueron rechazados sin contemplaciones ( el Secretario del Tesoro recibió el equivalente diplomático de emprender el camino de vuelta).
La Ministro de Finanzas de Austria, Maria Fikter, resumiendo presumiblemente el sentir predominante entre las potencias europeas, expresó su perplejidad diciendo que “a pesar de que los estadounidenses tienen datos perceptiblemente peores que los de la Zona Euro… vienen a decirnos lo que debemos hacer y cuando hacemos una sugerencia… nos dicen no de inmediato”.
Esta declaración revela la profunda ignorancia en la que están metidos los líderes europeos. Cuando se refieren, por ejemplo, a los datos fundamentales comparativamente peores en Estados Unidos, se están refiriendo a una ratio más baja en la Zona Euro con respecto al PIB. Creen que el problema de Europa es una crisis de la deuda, que consideran menos grave que la de Estados Unidos, y que es poco probable que pueda ser subsanada por los remedios que difundió el Secretario estadounidense en su visita.
De manera trágica, la crisis del euro es tanto una crisis de deuda como el dolor causado por un tumor maligno, una crisis dolorosa. En mi opinión la catástrofe de la desintegración de Europa se debe al fracaso para captar la esencia de la crisis, a la que los líderes se enfrentan sin mucho éxito. Y como si esto fuera poco preocupante, el suyo es un fracaso que tiene profundas motivaciones.
El Minotauro en la habitación
Con el ruido de los mercados estrellándose y el rugido de una creciente incertidumbre que reverbera en nuestros oídos, es el momento de hacer una pausa para hacernos una pregunta muy simple: ¿por qué a la economía mundial le está resultando tan difícil recuperarse después de la debacle del año 2008?
En mi reciente libro, El Minotauro global, argumento que en el año 2008 el mundo perdió elMecanismo de Reciclaje del Excedente Global (GSRM), que mantenía un precario equilibrio y que el Presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke confundió un poco con la “Gran Moderación”, lo que llevó a pensar al Primer Ministro británico, Gordon Brown, desgraciadamente, que el período de auge y crisis había terminado.
Comprender cómo este Mecanismo, el GSRM, funcionó y por qué murió es requisito previo para llegar a un acuerdo sobre nuestra actual situación, que a su vez es la clave para entender por qué Grecia ha llegado a ocupar lugar tan prominente en los titulares.
El crecimiento sostenible en una economía capitalista es una bendición poco común, que se basa en conseguir un reciclaje de los excedentes. Cada país, cada bloque comercial, todos los continentes, y de hecho la propia economía mundial, están hechos de déficit y  de regiones excedentarias.
California, el Gran Londres, Nueva Gales del Sur y Alemania siempre tendrán excedentes con respecto a Arizona, el Norte de Inglaterra, Tasmania o Portugal. Teniendo en cuenta esta disparidad crónica, algo que las fuerzas del mercado no pueden superar, las regiones deficitarias son incapaces de mantener la demanda de bienes y servicios de los productores de excedentes. De modo que, sin el reciclaje de los excedentes, un estancamiento afecta por igual a las regiones excedentarias y deficitarias.
El reciclaje de excedentes es algo muy corriente en el ámbito nacional. En Estados Unidos, por ejemplo, la construcción de nuevas instalaciones militares a menudo llevan aparejadas una condición previa: que se hagan en los estados con peor situación económica; el estado de bienestar de Australia asegura que los excedentes de Australia y Nuevas Gales del Sur apoyen la demanda de bienes y servicios en Tasmania. Sin embargo, a nivel mundial, el problema del reciclaje de los excedentes se hace cada vez más acuciante y difícil de resolver.
La era de la posguerra fue un momento relevante porque dos GSRM se encargaron de que la economía mundial alcanzarse un crecimiento sin precedentes. El primer GSRM duró desde finales de 1940 hasta principios de 1970. Estados Unidos terminó la guerra con enormes excedentes, que rápidamente trató de reciclar acudiendo al resto del mundo Occidental, de varias formas ( el Plan Marshall, apoyo a la Industria japonesa, respaldo al proyecto de integración europea, etc), que funcionó eficazmente como un GSRM en sí mismo.
Sin embargo, este primer GSRM de la posguerra, que fue fiable mientras reciclaba los excedentes de Estados Unidos, se tornaron en déficits hacia el final de los años 60. La pérdida de ese GSRM provocó una crisis en los años 1970, con un desplome hasta que de nuevo se estableció un nuevo GRSM, otra vez por cortesía de Estados Unidos.
Esta vez fue Estados Unidos quien absorbió los excedentes del resto del mundo, precipitándose en un mayor déficit tanto comercial como gubernamental. Estos déficits fueron, a su vez, financiados por el capital que fluía hacia Wall Street, ya que el resto del mundo reciclaba sus ganancias invirtiendo en Estados Unidos.
Un antiguo mito dice que los atenienses del período preclásico realizaban, en nombre de la paz y la prosperidad, ofrendas constantes al Minotauro de Creta. Desde los años 1980 en adelante, el resto del mundo envió un auténtico tsunami de capital a Wall Street para financiar lo que yo llamo un Minotauro global, un GSRM que sirvió para que la economía tuviese unas tasas de crecimiento más altas, dando la apariencia a algunos de que se trataba de la Gran Moderación.
El mundo fue testigo de una intensa y libertina financiarización, tanto como fue posible, construida sobre la base de las grandes cantidades de capital entregadas al Minotauro: Wall Street. Wall Street, la City londinense y unas serie de bancos internacionales se entregaron a la impresión de grandes cantidades de dinero privado, tóxico. Cuando estas montañas de papel se fueron quemando, el Minotauro quedó herido de muerte, y la capacidad de Estados Unidos para reciclar los excedentes del resto del mundo desapareció.
Desde entonces, los planes de los Bancos Centrales, de las naciones del G-20 o del FMI no han logrado restaurar la energía de la bestia herida. Sin GSRM a la vista, la crisis que se inició en el año 2008 continuará de continente en continente y de sector en sector, y de manera regular nos amenaza con un inminente colapso.
El euro como simulacro del Minotauro
El euro fue creado bajo el supuesto de que el Minotauro mundial se mantendría con buena salud ad infinitum. De una forma menos alegórica, Alemania llegó a creer que la Zona Euro podría operar como una Gran Alemania construida sobre los dos pilares de la prosperidad de Alemania tras la posguerra: una moneda dura ( el sostén del euromarco alemán) y los agresivos excedentes comerciales que serían absorbidos por Estados Unidos, que a su vez financiaba su déficit comercial cortesía del capital que fluía del resto del mundo ( incluido Alemania) hacia Wall Street.
La Zona Euro se creó bajo estos supuestos, sin embargo la creación del euro profundizó el estancamiento de países europeos con déficit, incluida Francia. También permitió a Alemania y a las naciones de la Zona Euro con excedentes obtener una cantidad ingente de excedentes que rápidamente marcharon camino de Wall Street. Se convirtieron en los medios económicos para que las empresas alemanas internacionalizaran sus actividades en Estados Unidos, China y Europa del Este.
De este modo, Alemania y los demás países con excedentes se sintieron como un nuevo Minotauro global, pero se trataba de un simulacro. El Minotauro absorbía los excedentes del resto del mundo, pero este simulacro de Minotauro drenaba los excedentes del resto de Europa hacia sí misma. Se mantenía el dinamismo global de Alemania mediante el estancamiento de la exportación en el propio trasero europeo. Así que cuando la crisis golpeó, la periferia europea estaba madura como frutos de otoño.
Primero como Historia, luego como Farsa: el rescate de los Bancos europeos
Cuando la Gran Crisis Financiera sacudió al mundo en 2008, Wall Street y la City londinense se derrumbaron. Washington y Londres inmediatamente trataron de recapitalizar los Bancos. Así que metieron las manos en los bolsillos de los contribuyente y los Bancos centrales le dieron a la imprenta, para garantizar que los Bancos no se convirtieran en agujeros negros, algo que ya ocurrió en Japón en la década de 1990. En Europa, nada de esto sucedió.
A pesar de que Europa se regodeaba durante la crisis de 2008 diciendo que era una crisis anglo-celta, y que los propios bancos del continente no habían comulgado con esa fiebre de financiarización, la verdad pronto salió al descubierto. Los Bancos alemanes fueron pillados en renuncio, con un índice medio de endeudamiento de 52 euros por cada euro de sus propios fondos; peor todavía fue el índice de endeudamiento en Wall Street o en la City londinense. Incluso los Bancos estatales más conservadores e impasibles, como el Landesbanken, demostraron que eran pozos sin fondo para los contribuyentes alemanes.
Del mismo modo, los Bancos franceses se vieron obligados a admitir que habían invertido por lo menos 33 euros en derivados tóxicos de origen estadounidense. A esta triste suma, hay que añadir la exposición de los Bancos europeos a la deuda de varios países de la Zona Euro: Grecia, Irlanda, Portugal, España, Italia y Bélgica (849 euros); al Este de Europa (más de 150 euros); a América Latina (más de 300 euros); y alrededor de 70 euros en deuda islandesa incobrable.
Entre 2008 y 2009, los Bancos Centrales europeos y los Estados miembro, socializaron las pérdidas de los Bancos y las convirtieron en deuda pública. Y, sin embargo, a diferencia de sus homólogos estadounidenses o británicos, no pudieron suministrar el capital suficiente para que los Bancos europeos dejasen de ser insolventes después de la pérdida de valor de sus activos. En su lugar, los mantuvieron con una sonda ( conectada al BCE) que sostuvo los cajeros automáticos sin tener que lidiar con el problema de raíz del sector público europeo: su primordial falta de solvencia.
Curiosamente, a los banqueros no les importó. Sus Bancos estaban siendo recapitalizados por el contribuyente europeo y se diluyó la responsabilidad de los banqueros. En su lugar, encontraron otras maneras de sacar provecho, incluso si sus Bancos estaban en… quiebra.
A principios de 2009, los fondos de cobertura y los Bancos, por un igual, tuvieron su epifanía: ¿por qué no utilizar parte de los fondos públicos que se les dieron y apostar por aumentar la presión sobre los fondos públicos ( causada por la recesión, por un lado, el descenso de la recaudación fiscal por parte de los Gobiernos y el enorme aumento de la deuda por otro, de lo que ellos mismos fueron responsables) de modo que tarde o temprano uno o más estados de la Zona Euro acabarían en la imposibilidad de pagar?
Cuanto más lo pensaban más alegres se ponían. El hecho de que la adhesión al euro hubiese impedido a los países más endeudados ( Grecia et al.) devaluar sus monedas, por lo tanto sintieron con más fuerza el peso combinado de la deuda y la recesión, se convirtieron en el centro de atención de los banqueros. Comenzaron la apuestas, inicialmente con pequeñas cantidades, por el eslabón más débil de la cadena, de modo que Grecia incurriría en impagos.
Al mismo tiempo aseguraron sus apuestas ( es decir, de que producirse un impago, Europa no permitiría que ninguno de sus estados miembro se declarase en quiebra). Además, los banqueros utilizarían los bonos (los pagarés) de países como Grecia como garantía para pedir prestado el uno del otro y así aumentar sus apuestas. En pocas palabras, cada euro de la deuda griega generó innumerables euros de las apuestas bancarias francesas y alemanas y aún más deudas de lo que un Banco europeo debía al otro.
En esencia, la variante europea del rescate bancario dio al sector financiero la oportunidad de acuñar de nuevo dinero privado. Una vez más, al igual que el dinero privado creado por Wall Street antes de 2008, la situación se hizo insostenible y de nuevo abocado a convertirse en cenizas. La huida hacia adelante del dinero privado conduciría, con precisión matemática, a otra crisis. Esta vez fue la crisis de deuda pública ( también conocida como soberana) cuyas primero movimientos se dieron en Atenas, Grecia, a principios de 2010.
El problema con Grecia
Grecia ya tenía un ratio alto entre deuda y PIB antes de la crisis. Sin embargo, mientras que su PIB seguía creciendo ( entre un 4 y un 5% durante más de una década), le resultaba muy fácil conseguir préstamos baratos por parte de los fondos internacionales, repletos de dinero privado impreso por el sector financiero mundial.
Una vez que las montañas de dinero se convirtieron en cenizas y la recesión mundial impidió el crecimiento de Grecia, sólo era cuestión de tiempo antes de que corriese el pánico con los bonos griegos. Todo comenzó a finales de 2009 y se aceleró cruelmente en 2010.
Una vez que se produce pánico con los bonos de un Estado miembro de la Zona Euro, sin posibilidad de devaluación para absorber los golpes, el país en cuestión se vuelve insolvente, incapaz de refinanciar su deuda pública. Y cuando sus socios de la Zona Euro le ofrecen un salvavidas en formas de nuevos préstamos, caros, en condiciones de austeridad, paralizan el crecimiento del PIB, produciéndose una mayor insolvencia del Estado.
En ese momento, el juego ha terminado para el estado en cuestión. Por otra parte, el efecto dominó comienza cuando un estado miembro se apoya en el siguiente estado marginal, que luego arrastra al siguiente, y así sucesivamente.
En algún momento, este arrastre secuencial obligará a las élites europeas a sacar a la luz el lamentable estado de su sector bancario. Dado que sólo hay suficiente dinero para ir ganando tiempo y dado que hay un límite al que puede llegar el endeudamiento de los países de la Eurozona, el momento vendrá cuando el Estado más endeudado , Grecia, en otras palabras, tendrá que ser autorizado a declararse en quiebra.
Sin embargo, dadas las montañas de deudas y de apuestas en productos derivados que se han construido con la comparativamente pequeña deuda de Grecia por los banqueros europeos y de otros lugares, una moratoria de su deuda haría que estás montañas de desplomasen, dando lugar a un nuevo 2008 ( y de ahí una nueva charla entre la canciller Merkel y el Presidente Obama sobre la insignificante Grecia).
El acertijo de Europa
Técnicamente hablando, el arreglo de la crisis del euro es una cuestión relativamente sencilla. Si esto es así, y dado que la bancarrota del Estado griego será en Europa como la quiebra de Lehman Brothers, ¿por qué se resiste Alemania a un enfoque racional para resolver esta crisis? La respuesta es, por desgracia, clara: para salvar el euro hay que poner en práctica políticas que harán que sea económicamente imposible para Alemania salir de la Zona Euro.
A pesar de que actualmente Alemania no quiere salir, se sabe que su opción de salida (que como país excedentario principal de la zona de moneda común posee de manera excepcional) le garantiza el privilegio exorbitante de un enorme poder hegemónico dentro de la zona. Por lo tanto, Merkel piensa que no tiene la autoridad o la legitimidad para renunciar a los inmensos poderes de Alemania, temiendo tal vez que eso provocaría la caída de su Gobierno. Y así, este entramado continúa.
Mientras que el mundo está gestionándose sin un reciclaje de los excedentes mundiales que sí había bajo el Minotauro global, cuando uno oye que Alemania tiene prevista la salida de Grecia de la Zona Euro, aunque sea por el impago de Grecia, uno empieza a sospechar inmediatamente que Alemania está planificando una desintegración controlada de la Zona Euro.
Uno también debe temer que esa medida sólo logrará conseguir una desintegración incontrolada, cuyo resultado final será una enorme recesión del Norte de Europa, unaestanflación gigantesca en la periferia europea, y el retroceso de la economía mundial a los postmodernos años 1930. Europa ha logrado por dos veces en los últimos cien años arrastrar con ella al resto del mundo hacia abajo. Está a punto de hacerlo de nuevo, y Grecia es el adecuado chivo expiatorio

jueves, 9 de julio de 2015

GOBIERNO GRIEGO CONTRA EL NO DEL PUEBLO. CONTRADICCIONES

Más allá de los términos con los que el gobierno acuñó la moción de rechazo al paquete de rescate que pretendía imponer el llamado Eurogrupo a Grecia, el vigoroso NO del pueblo griego a ese paquete, el domingo pasado, puede ser calificado como una rebelión popular contra la llamada troika que integran la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI. Este trío siniestro del ajuste había desarrollado una fuerte campaña por el SI, no ya en términos mediáticos sino forzando al cierre indefinido de los bancos, en lo que puede ser calificado como un verdadero estado de sitio económico contra Grecia. En esta ofensiva, la troika había insistido en que el referendo carecía por completo de contenido, pues retiraba de la negociación el paquete de medidas que se ponía a votación. La victoria del NO sacudió a los pueblos de Europa, sometidos a la misma política de salvamento de la banca y del capitalismo por medio de la sangre, sudor y lágrimas de los trabajadores.
NO - SI
Conforme con los términos de su propia política, el gobierno de Grecia se apresuró a anunciar la intención de reanudar las negociaciones con el Eurogrupo, sin reclamar antes el levantamiento del bloqueo su sistema financiero por parte del BCE. O sea que aceptó como marco el cuadro extorsivo que precedió el referendo. Enseguida desplazó a su ministro de Economía, Yanis Varoufakis, al que dos meses antes había sacado de su función de negociador ante el Eurogrupo, en el entendimiento de que era una figura molesta para los acreedores. El agudo corresponsal de Clarín en Bruselas, Idafe Martín (7/7) observó que "Tsipras (el primer ministro de Grecia) consiguió reforzar su posición. El referéndum silencia al ala radical de su partido, Syriza", o sea que ha sido usado para neutralizar a quienes se oponen a un compromiso capitulador con el Eurogrupo y no como un arma de lucha contra el asedio contra Grecia. En la misma línea informa que Tsipras "ayer arrancó a toda la oposición democrática un apoyo explícito a su negociación que incluye un pedido común para renegociar la deuda". Se trata de un giro político de primera magnitud porque establece una coalición con los partidarios del SI, agentes del Eurogrupo, que salieron derrotados del referendo. Asistimos a una maniobra clásica del bonapartismo inestable: por un lado, una alianza con los socios de los acreedores contra la rebelión popular, luego de salir fortalecido por esa rebelión popular, por otro lado, frente a los acreedores internacionales. "No sólo perdieron los duros europeos, sino también los halcones del gobierno griego", añade de su cosecha Marcelo Cantelmi, columnista del mismo diario. "Los duros europeos", sin embargo, no han perdido su espada de Damocles sobre los bancos de Grecia y por lo tanto sobre el condicionamiento de la vida cotidiana de la población griega.
Como lo explicó Varoufakis ante el Eurogrupo, el 27 de junio pasado, con una claridad merecedora de mejor destino, la crisis que provocó la ruptura con el Eurogrupo y el llamado al referendo no fue de ningún modo un desacuerdo sobre las disposiciones establecidas en el paquete de rescate. Lo que puso en un callejón sin salida al gobierno de coalición de Syriza y los clericales de Anel, fue la cláusula que establecía un sistema de vigilancia mensual de los términos del acuerdo y de entrega en cuotas del dinero del rescate. Esto convertía a Grecia en una colonia financiera directa de la troika. En ese mismo discurso, el ministro justificó el referendo como la única forma viable para seguir negociando el rescate, que de otro modo no hubiera pasado la votación en el parlamento con los votos propios. El inspirador del referendo da ahora un paso al costado para obtener una libertad vigilada de los acreedores que sea menos exigente.
Bancarrota
El otro que puso un grano de arena para aceitar una capitulación de Grecia fue el FMI, al dar a conocer un informe que asegura que la deuda helena es impagable sin una reducción del 30% de su monto y una extensión considerable de los pasos. En rigor, este planteo ya era conocido desde hacía semanas, y el gobierno griego lo había declarado inadmisible, porque funcionaba como pretexto para exigir, como contrapartida, un ajuste mucho más duro contra los trabajadores. Syriza había calificado al FMI como el enemigo principal, porque el Eurogrupo era más componedor con las cláusulas que establecen reducciones de gastos sociales y aumentos de impuestos al consumo. Como quiera que la deuda es impagable y que Grecia carece de financiación, la propuesta del FMI es simplemente abstracta. Grecia necesita, a la vez, sacarse de encima la carga de la deuda y reconstruir su economía sobre nuevas bases, o sea desarrollar una alternativa anticapitalista.
El impasse político sigue, de todos modos, enteramente en pie, debido a que el sistema bancario ha dejado de funcionar y a que no podría ser revitalizado por inyecciones de liquidez. Un levantamiento del corralito llevaría a la última fuga de dinero. El activo de los bancos está poblado de títulos públicos sin valor y de créditos incobrables de cerca del 50% -que en la dinámica de la quiebra llegarían al ciento por ciento. Por el lado del pasivo se encuentran los depósitos de clientes y la deuda con el Eurosistema, que integra al conjunto de los bancos centrales nacionales de la zona euro. La reconstitución del sistema monetario bajo las condiciones capitalistas implicaría una intervención del BCE al Banco Nacional de Grecia y un fortísimo ajuste antipopular.
Acción directa
En las horas que siguieron a la victoria del NO circuló profusamente en la redes el reclamo de tomar el Banco de Grecia y desarrollar comités populares de base. En la cúpula ocurrió lo contrario: el primer acto del nuevo ministro de Economía fue reunirse con el presidente del Banco Central del país -el mismo que había alentada la corrida bancaria con declaraciones catastrofistas dos semanas atrás. La introducción de la posibilidad de una quita de la deuda griega, por abstracta que sea para el destino de Grecia, acentuará sin duda la onda expansiva de la crisis griega en el cuadro financiero internacional, y por lo tanto la onda de la crisis política en Europa. Detrás de este escenario opera algo aún bastante más trascendente: la imperturbable caída de las bolsas de China, estimuladas durante casi un año por una cascada de créditos para la compra de acciones en el margen. Esta situación compromete al conjunto del sistema bancario de China, donde opera una banca paralela sin cobertura ("en las sombras") financiada incluso por los bancos del Estado.
La consistencia del prematuro bonapartismo griego será puesta a prueba en las próximas semanas, incluida la posibilidad de una reversión de las alianzas políticas. Hay en desarrollo una rebelión popular pero todavía no una disposición en las masas a disputar el poder político. El desarrollo de esta capacidad de lucha por el poder dependerá de un conjunto de factores: la lucha contra los nuevos acuerdos de ajuste; la crisis en la cima del poder; la crisis europea en su conjunto (España, Italia y, en definitiva, Alemania); y el movimiento de las masas en el conjunto de Europa.
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Ultimátum de la Troika
Una reunión de emergencia de los dirigentes europeos llamada para salvar el rescate financiero de Grecia se rompió con recriminaciones el martes por la noche, con funcionarios advirtiendo que Grecia tiene cinco días para evitar la bancarrota.
Los dirigentes europeos fueron cáusticos en su apreciación de las propuestas de Grecia. Expresaron su enojo porque fueron planteadas en forma oral, sin un escrito que las detalle. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker anunció que Europa tenía planes precisos para el caso de una salida de Grecia de la eurozona. Es lo que ocurrirá -dijo- si el gobierno de Grecia no hace lo que esperamos que haga.
El primer ministro Tsipras expresó una opinión diferente acerca de la reunión: dijo que fue positiva y que había delineado un acuerdo socialmente justo y económicamente viable.
Este relato tan diferente sugiere lo difícil que será llegar a un acuerdo a tiempo para sacar a Grecia del filo del abismo que ambas partes han dicho durante meses que están desesperados por evitar.
Washington Post vespertino (7/7)
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Del NO al SI
Al momento de cerrar esta edición, Atenas habría presentado al Eurogrupo una propuesta ‘mejorada’” (Ambito, 7/7). La última  propuesta formulada por Tsipras, previa a la consulta,  ya contenía aumentos del IVA, rebajas de  jubilaciones  e incremento de la edad jubilatoria, y la aceptación de superávits fiscales crecientes, aproximándose  a las exigencias de los acreedores.
La  nueva  movida viene acompañada  por un compromiso  que el gobierno acaba de  rubricar  con los partidos de la oposición a favor de  una nueva ronda de  negociaciones  con los acreedores.  Uno de los firmantes de este compromiso, el nuevo secretario general de Nueva Democracia -el partido conservador  que antecedió a Syriza  en el gobierno-, anticipó que “será necesario tomar posiciones difíciles, y en estos momentos  los líderes políticos deben ser honestos  y no decir cosas que gustan a sus electores” (ídem).
El apoyo de otras fuerzas (la coalición centroizquierdista  To Potami, así como la nacionalista de derecha  Griegos Independientes, o incluso del Pasok  o Nueva Democracia), cambiaría la base política del gobierno. Toda la estrategia de la Unión Europea (UE) apunta a forzar la   formaci7ón de una nueva coalición  política. Tsipras  alienta este  giro,  consciente de las divisiones  y  choques que existen  en su propia tropa. 
Pablo Heller . Prensa Obrera

GRECIA Y EUROPA DESPUES DEL NO

El amplio triunfo del “No” en el plebiscito griego es una clara expresión de hastío de los trabajadores y el pueblo frente a la prepotencia de la denominada “Troika” (Unión Europea, Banco Central Europeo y FMI). La mayoría de los representantes de la UE, bajo el liderazgo de Alemania, trabajaron insistentemente durante los últimos días por un triunfo del “Sí”, atemorizando a la población con el discurso de que un voto negativo conduciría a la salida de Grecia de la Eurozona.
Cuestión que se convirtió en una amenaza de expulsión a la vez que en un intento de voltear al gobierno de Syriza. Mientras tanto Francia –aún cuando mostró su preferencia por un triunfo del Sí-, Washington y más veladamente el FMI, con intereses imperialistas propios, advirtiendo serios riesgos económicos, políticos y geopolíticos, presionaron para morigerar el discurso de la UE.
Los economistas norteamericanos y premio Nobel, Stiglitz y Krugman, se manifestaron abiertamente por el triunfo del “No” y abogaron por una restructuración de la fraudulenta deuda griega. En una línea similar, el FMI que cumplió un rol macabro durante los peores momentos de las negociaciones, publicó hace dos días un informe –ocultado a fin de sostener hasta el instante justo la presión de la UE- en el que manifiesta la insostenibilidad de las finanzas públicas griegas, apoyando una quita y un período de gracia de veinte años para las deudas existentes. Casualmente, lo mismo que pedían Tsipras y el gobierno de Syriza.

Escenarios

Habrá que esperar los próximos días para ver cómo evoluciona la situación aunque el triunfo del “No” inaugura nuevos escenarios complejos. En principio Tsipras -y el renunciante Varoufakis- se propone terminar de acordar las reformas exigidas por la Troika a cambio de la reestructuración de la deuda. Dice el diario El País que los referéndums no levantan los corralitos, no abren los bancos, no pagan los sueldos públicos, ni garantizan la permanencia en el euro. Y que a decir verdad, estas posibilidades están en manos de la Troika o sea, de los perdedores, siendo esa la paradoja. El referéndum es una victoria contra la Troika pero el problema es que la Troika es quién debe moverse para evitar la salida del euro. Por otro lado y contradictoriamente, la victoria sobre la Troika, creó saludables ilusiones en las masas griegas que probablemente compliquen el propósito de Tsipras de ceder hasta el límite, mucho más allá del deseo de quienes acaban de otorgarle otro voto de confianza.
Según el editorialista de Financial Times, Edward Luce, tanto el gobierno de Obama como el Fondo Monetario Internacional –herramienta norteamericana del poder financiero mundial-, instaron insistentemente a Europa por una quita y reestructuración de la deuda, pero no lo lograron, dejando en evidencia la mayor debilidad del rol de Estados Unidos en el mundo. El autor señala que la desesperación norteamericana por evitar el Grexit, tiene fundamentalmente dos componentes: uno económico y uno geopolítico.
El económico es que la salida de Grecia del euro podría afectar tanto el crecimiento de los principales socios comerciales de Estados Unidos –debilitando las exportaciones norteamericanas- como extenderse afectando seriamente a los mercados globales. Aunque nadie puede predecir cómo y en qué medida, el riesgo de contagio del Grexit, pesa sobre la Reserva Federal de Estados Unidos y sus intenciones de elevar las tasas de interés. El geopolítico es que una salida de Grecia del euro podría fortalecer a Rusia que tiene en los Balcanes un objetivo natural. Grecia podría salir del euro y permanecer en la Unión Europea, cuestión que representaría el escenario menos malo. Pero eventualmente, este escenario también podría iniciar una reacción en cadena, expulsando a Grecia de la UE y de la OTAN. Resulta impredecible el camino que podría seguir una Grecia desestabilizada. Por otra parte y por ahora, Merkel y Hollande sólo dijeron que era necesario “respetar la decisión del pueblo griego” y que se organizaría una cumbre el martes para discutir las consecuencias del referéndum. Alemania salió dañada de esta contienda y pierde fortaleza interna. Una vez más no está descartado que su debilidad relativa la impulse a romper sus propias “líneas rojas” e impulsar el desencadenamiento de lo que podría transformarse en una nueva catástrofe. No obstante, Europa también necesita la integridad del euro y una Grecia adentro de la Unión Europea y la Alianza Atlántica. Cuestión que hace imposible descartar un acuerdo que busque imponer a Grecia el brutal ajuste buscado a cambio de algún tipo de reestructuración de deuda. También el Banco Central Europeo quedó con menor margen y legitimidad para seguir tirando de la cuerda. Toda la prensa imperialista cae con virulencia sobre Syriza y el Primer Ministro Tsipras a quien le recuerdan que escapó del riesgo de ser “humillado” y que “el orgullo griego fue salvado”, con la intención de evitar que se “deje influenciar” por la sensación de triunfo interno para que se disponga a aceptar todas y cada una de las exigencias de la Troika. Una tarea compleja para Tsipras: toda vez que los trabajadores y el pueblo griego se sienten apenas más fuertes, su misión conciliadora y redentora del capital, se vuelve más compleja.

Depresión deliberada

La deuda griega alcanza alrededor del 177% del PBI. Desde el estallido de la crisis de 2008 y tras los dos mal llamados “rescates” -mediante los cuales la Troika le facilitó a Grecia dinero a cambio de ajustes-, el monto de la deuda se incrementó desde el 112% del PBI hasta alcanzar su valor actual.
Durante el mismo período el PBI se derrumbó en un 25% y el desempleo alcanzó el 27%. Stiglitz, ex economista jefe del Banco Mundial, un conocedor -si los hay- del funcionamiento de este tipo de mecanismos señaló “No se me ocurre ninguna otra depresión, ninguna, que haya sido provocada de forma tan deliberada y haya tenido unas consecuencias tan catastróficas” (The World Post). Para agregar que las políticas previas “resultaron beneficiosas para Alemania y otros rescatadores, que se aprovecharon de la angustia griega al aplicarle una tasa de interés mucho, muchísimo más alta que el coste de su capital” (El Huffington Post). Agrega que “después de años de chantaje a Grecia y de insaciables exigencias de austeridad, que han conducido a una depresión económica catastrófica, la Troika ha conseguido empujar al país al abismo del impago”.
La reestructuración de 2012, según Stiglitz, no sólo no fue lo suficientemente profunda sino que además modificó la composición de la deuda, que pasó de manos de acreedores en su mayoría privados a acreedores públicos, cuestión que dificulta nuevas reestructuraciones. Justamente el pasaje de la deuda de manos privadas a públicas fue la resultante de la gran operación de rescate de los bancos privados por parte de los Estados desde 2008, con el aditamento de que este mecanismo centraliza mucho más la posesión de la deuda, dificultando su reestructuración. Lo notable es que tras esta serie de denuncias, a Stiglitz no se le ocurra la posibilidad de que Grecia rechace definitivamente el pago de semejante fraude. Tampoco se le ocurre a Tsipras, a pesar de haber encargado la investigación de la deuda, a una comisión integrada por 15 expertos extranjeros y 15 nacionales. Tras una extensa evaluación, la comisión determinó el carácter “insostenible”, “ilegal”, “ilegítimo” y “odioso” de la deuda, recomendando su impago.

El FMI, Stiglitz y Syriza

Si bien las instituciones europeas y el FMI, revelan, hasta cierto punto, intereses encontrados, su esencia los unifica y en parte juegan el juego del “policía bueno” y el “policía malo”. El fin consiste en ahogar a los trabajadores y al pueblo griego hasta el máximo posible pero evitando el estallido. Aunque, y como ya señalamos, tanto por la divergencia de intereses como por la compleja situación que atraviesa Grecia, el juego puede fallar. La propuesta de reestructuración de deuda que reveló el FMI en los últimos días, tiene alta probabilidad de transformarse en factor clave de discusión en las mesas de negociación. Aún no fue publicada en detalle pero su contenido consistiría fundamentalmente en que los organismos europeos apliquen una leve quita del 30% a la deuda, un aplazo de los pagos por 20 años y una “ayuda” a Grecia de alrededor de 50 mil millones de euros a cambio…del plan de ajuste de la Troika. Esto era lo que no casualmente recomendaba el ex Secretario del Tesoro Norteamericano, Larry Summers, en Financial Times hace más de 15 días. Stiglitz, por su parte, se ubica como una suerte de ala “ultra izquierda” de este programa.
Rechazando el ajuste “explícito” y señalando que la economía debe crecer, para luego poder pagar. Aunque reconoce diferencias entre Grecia y Argentina del 2001, sugiere –de forma timorata y sin demasiada convicción- que este último podría eventualmente ser el camino. Se trata de otro tipo de ajuste distinto del modelo de la Troika, es el ajuste de la devaluación. En Argentina, donde el default de otra deuda impagable se impuso por la vía de los hechos en 2001, la devaluación al año siguiente profundizó largamente la recesión que entre otra perlas provocó una caída del 40% -en términos reales- de los ya maltrechos salarios. La recuperación económica en Argentina comenzó en 2003. Pero incluso en un escenario en el que los trabajadores y amplios sectores de masas se sentían con la fuerza de haber volteado a un gobierno y aún tras un canje que redujo la deuda en alrededor del 75% -casi toda la deuda reestructurada estaba en manos de acreedores privados-, los ganadores resultaron ser, por muy lejos, los dueños del capital y los acreedores. A muy poco de comenzada la recuperación, Argentina retoma -luego del canje- el pago de la deuda en 2005 y las ganancias de los dueños del capital –al menos de los más concentrados- crecen en términos relativos mucho más que los salarios, cuestión indica un incremento de la explotación del trabajo. Mientras tanto y como promedio, recién en el año 2007 los salarios pudieron recuperar el ya deprimido valor real de que gozaban en 2001. A la par -y como dice la presidenta CFK- los dueños del capital se la llevaban “en pala” y Argentina se convertía en un “pagador serial” de deuda externa. Y aún así el problema más profundo es que el capitalismo no funciona de manera evolutiva sino disruptiva. No es que como norma los trabajadores avanzan lento aunque a paso firme hacia una mejora cualitativa y duradera de su nivel de vida, mucho menos cuando el fantasma de los limitados espacios para la acumulación asola al capital internacional.
No, los pequeños avances logrados por los trabajadores se los fagocita la próxima crisis. Por eso, en términos generales –y más aún en las últimas décadas-, la desigualdad en el modo capitalista de producción crece. Y, salvo escasas excepciones, los trabajadores no se convierten en dueños del capital sino que en un perpetuo trabajo de Sísifo intentan ciclo a ciclo mantener el valor de sus salarios. Amén de que la situación de Grecia es cualitativamente distinta de la de Argentina en 2001, no es progresista el aliento de la devaluación contra el ajuste, simplemente porque se trata sólo de un cambio en las formas. Y lo que suele obligar al capital a ciertas concesiones no son precisamente las distintas “mecánicas” económicas aplicadas, sino las relaciones de fuerza entre las clases.
Por último Syriza ya había expresado su estrategia en la voz de su Ministro de Finanzas, Varoufakis, quien horas antes del plebiscito dijo estar dispuesto a aceptar medidas duras a cambio de una reestructuración de deuda e inversiones. Su reciente renuncia –aparentemente demandada por la Troika- es una nueva ofrenda de Syriza. Indica que, postulados para apaciguar y redimir al capital, harán todo lo posible por transformar en un SÍ, el determinante NO que los trabajadores y el pueblo griego exclamaron contra la Troika. La salida está en otra parte. NO al pago de la fraudulenta deuda, NO al ajuste, por la ruptura de las negociaciones con la Troika y un plan integral de emergencia.
Viva la bronca de los trabajadores y el pueblo griego, NO a la conciliación con sus verdugos, por la más amplia movilización de los trabajadores y pueblos de Europa en apoyo a Grecia contra la Troika y contra el pago de la deuda.
Paula Bach. Laizquierdadiario
El 28 de Junio pasado el Primer Ministro Tsipras, presentó su última propuesta conciliatoria ante la "Troika" con puntos muy cercanos a la exigencia de las instituciones europeas. Además, en medio de las ásperas "negociaciones" con los acreedores, el gobierno griego permitió en ese interín de pocos días, la brutal sangría desde los bancos helenos de aproximadamente 4.000 millones de euros que realizaran los grandes capitalistas y/o ahorristas, a sabiendas de quienes debieran cobrar sueldos, pensiones (como único sustento) se quedaran sin dinero a fin de mes: lo que ocurrió luego de aplicado el "corralito" y dejando a los sectores más vulnerables en peores condiciones de la que estaban. La contundente expresión del pueblo griego en el día de ayer no deja dudas sobre lo que quiere. La llamativa e inmediata renuncia (luego del referendum) de Varufakis, abre una incógnita sobre las verdaderas intenciones del gobierno heleno; coincido con tu apreciación de que intentará el PM Tsipras transformar en Sí, a un determinante NO
Ricsardo D. Sabbatini Miras