Hombre en llamas

Hombre en llamas
Hombre en llamas. Orozco, J.C. Algunos críticos interpretan el mural como una glorificación de los cuatro elementos, otros ven en cada una de las figuras una simbología inherente al hombre mismo: el hombre teológico (que simboliza la tierra), el cual despierta en el mundo y convierte en dioses los fenómenos naturales que no comprende; el hombre metafísico (que simboliza el viento), el cual empieza a tener conciencia, reflexionando sobre la realidad del mundo; el hombre científico (que simboliza el agua), el cual analiza los fenómenos, los objetos, penetrando con su razón en sus esencias. Finalmente el hombre de fuego que debería simbolizar a Prometeo, el que rebelándose a los dioses entregó a los hombres la chispa del fuego, la cual representa al mismo tiempo la razón y la libertad. Así el hombre, ya libre, crea las artes en su constante lucha de superación; el hombre hecho fuego de pasiones, de anhelos de conquistas, pero sobre todo dueño de su vida, de su destino y de sus decisiones.

viernes, 25 de marzo de 2016

LA DEMOCRACIA LIQUIDA Y SUS TRAMPAS

“ La democracia líquida y sus trampas”
(A 40 años de la última dictadura y 32 años del regreso de la Democracia)

Hay una frase que dice que la Democracia es “ el Gobierno DEL Pueblo, PARA el Pueblo y POR el Pueblo” (qué bello suena)…
Pero, ¿quién es (¿somos?) “EL PUEBLO”?
Si “ése” gobierno tanto ejecutivo como legislativo, nacional, provincial, municipal (ya de color amarillo, celeste, o negro) como primeras medidas aumenta sus sueldos más o menos 50 % pero “retrasa” el aumento del resto (por “casualidad” mayoría que trabaja y produce, dependiente de un salario….cada vez más mayoría) y lo limita a un 20 a 25 % o menos y en “cómodas cuotas”…. Si rechaza salarios que aproximen a maestros, trabajadores de la salud y obreros al valor de una canasta familiar pero se fijan sueldos más de 20 (veinte) veces superiores…Si jueces se eximen de impuestos transformándose en privilegiados que recuerdan la frase de que la “Justicia es como la víbora…que sólo muerde a los descalzos”
Si en situación de déficit fiscal el gobierno quita impuestos a los que verdaderamente tienen ganancias, y que más ganancias tuvieron durante todos los últimos gobiernos que han pasado: sistema bancario-financiero, agreoexportadores, grandes industriales, importadores, mineras, multinacionales….pero los incrementa en número y magnitud al “ciudadano de a pie”, al que vive de su trabajo, al que sólo tiene para vender su propia fuerza de trabajo, su propio “cuero” y sudor…
¿Dónde queda el concepto? ¿Existe Democracia?....
¿Si no es Democracia? ¿Qué es?
Si se gobierna para unos pocos…oligarquía?. Si sólo para y por los ricos…plutocracia?
 Si los tres Poderes del Estado, desdibujados: el Ejecutivo gobierna por Decreto, el  Legislativo como “escribanía”, el Judicial adicto y politizado……Si se abusa de esos poderes…si somos iguales ante la Ley, pero algunos “más iguales” que otros….Entonces, es que ¿no hay República?
Si sólo para parientes y amigos… nepotismo? y si se prolonga eternamente, hasta la muerte del “mejor”, de  “sangre azul” (¿alguno de ellos se cortó las venas y brotó de ese color?...llevan su reino y su poder a la tumba?), bendecido por dios…aristocracia?, monarquía?
Y si se sostiene por la Fuerza…del dominio oligopólico de los medios de comunicación o de la cooptación del dinero o la eliminación de la libertad de expresión ( porque sólo “expresa” la opinión de los poderosos ) o la limitación “vía protocolos”, palos, camiones hidrantes, balas de goma y rejas, de la protesta y el reclamo popular…. Si ya no gobiernan dentro de los límites de la propia Constitución…..qué será….Dictadura? Dictadura de quién?
Si como dijo “un” considerado gran estadista "Con la democracia se cura, se come y se educa" pero en escasos tres meses ese sistema de gobierno permite medidas que hacen caer a 1.400.000 argentinos más en la pobreza sin ningún tipo de salvaguarda y van 13 millones….Si como dijo “otro”:  “El trabajo es la suprema dignidad del hombre. En la comunidad argentina no existe más que una sola clase de hombres: la de los que trabajan”  y otros repitieron tanto que ,el trabajo es el gran ordenador social…pero en ese mismo efímero período de tiempo ese sistema democrático  no evita la pérdida de trabajo de más de 100.000 compatriotas si no que lo promueve,  tras décadas de precarización laboral, trabajo en negro incluso en el propio estado y más aún en pleno siglo XXI permitiendo trabajo esclavo…
Si el factor supuesto  de defensa, los sindicatos, manejados por burocracias más preocupadas por mantener sus privilegios y negociados, convertidos en empresarios o socios de privados y  del estado, enmudece o sólo declama mientras la sangre ya llega al río…
Si la democracia es “transparencia”  pero la corrupción conocida por todos sólo es expuesta cuando surge una necesidad o interés económico o político que supera y fractura  los “acuerdos no firmados” previos o sólo se ve la corrupción ajena pero no la propia…
Alguien ya estará gritando “Es la Democracia/ La Política/ La economía/ La realidad….Estúpido”!!!…
Algunos nos lo están gritando a la cara (“in your face”) todos los días, minuto a minuto.
Esa  democracia (con minúscula y minúscula) líquida, es la que ha horadado con sus corrosivas gotas, abriendo la verdadera grieta que no es grieta si no zanja en nuestra sociedad.
Y de un lado no están los liberales, privatistas, imperialistas y del otro los progresistas, estatistas, nacionales y populares. NO…
De un lado están los indignos y del otro los indignados, de un lado los ajustadores y del otro los ajustados; de un lado los que vivimos de nuestro trabajo y del otro los parásitos que viven del laburo ajeno…
Esa, es la zanja abierta por la democracia líquida y tramposa basada sólo en las promesas, las urnas y los votos.
Todo ese “líquido” derramado…sangre, sudor y lágrimas del Pueblo verdadero, energía y memoria molecular acumulada, se liberará en Democracia cuando digan sus palabras, se manifiesten, dueños de su vida, de su destino y de sus decisiones los ajustados, los oprimidos, los laburantes, los indignados.
Esa es la espada de Damocles que cierne hoy sobre esta líquida democracia (con minúsculas), sobre sus trampas y sobre sus tramposos…
Tic,tac,tic,tac,tic,tac….


CARLOS GUILLERMO BLANCO SILVA

domingo, 13 de marzo de 2016

La ley Griesa, hoja de ruta de una nueva quiebra nacional

Ley Griesa, hoja de ruta de una nueva quiebra nacional


La decisión del gobierno de postergar la sesión de Diputados que debe sancionar la ley exigida por el juez Thomas Griesa no obedece a una necesidad por alcanzar el quórum o los votos mínimos necesarios para ello. Esas voluntades ya se reunieron, desde que Massa y el bloque justicialista disidente aceptaron el dictamen oficial a cambio de algunas modificaciones de carácter cosmético.
El gobierno postergó la sesión porque espera sumar un apoyo todavía más numeroso de acá al martes, a costa de hundir el cuchillo a fondo sobre el pejota y el kirchnerismo. José Luis “Barrick” Gioja, el aspirante a presidente de la “unidad” peronista, ya instruyó a sus diputados a apoyar el pacto buitre. Lo mismo pasa con el gobernador de Entre Ríos, mientras el tucumano Manzur está tratando de convencer a sus diputados. A todos estos opositores, Macri les hizo saber que el pacto con los buitres debía votarse sin condiciones, y así será. Las “modificaciones” introducidas por Massa apenas apuntan a disimular la entrega: por caso, un “límite” al endeudamiento que coincide, con pelos y señales, con el monto de deuda que el gobierno precisa para pagarle a los buitres.
El kirchnerismo “duro”, por su parte, ya entregó las armas en la Cámara de Senadores, que es donde sus votos importan. Así lo dio a entender Juan Manuel Abal Medina, ex jefe de Gabinete de Cristina, cuando pidió a los diputados K que le dieran quórum a la ley Griesa. Pero lo que mejor retrata el derrumbe camporista es su dictamen de oposición a la propuesta oficial: a la oferta de Prat Gay -que ofrenda a los buitres beneficios de entre el 1.000 y 1.500%- Kicillof le contrapone… un 10% menos. Kicillof y los suyos cargan con su propio derrotero entreguista, jalonado por el pago al Club de París, a Repsol y por varias tentativas frustradas de arreglo con Paul Singer y los suyos.
En las últimas horas, varios kirchneristas han advertido que el acuerdo con los holdouts podría terminar en nuevos litigios de deuda, ya sea por parte de otros buitres que habían cerrado por cifras menores -por caso, los bonistas italianos- o de quienes habían aceptado los canjes de deuda. Si después de cerrar el acuerdo con los buitres el gobierno y el Congreso se desayunan con un nuevo Griesa, asistiríamos a una crisis política y financiera de marca mayor. En cualquier caso, será el resultado inevitable de la renuncia a la soberanía nacional en la cuestión de la deuda, que Kirchner y Lavagna convalidaron con el canje de 2005. En materia de humillaciones al Estado argentino y a sus poderes, convertidos en una oficina de registro de los fallos extranjeros, todavía no está dicha la última palabra.
Crisis capitalista
Lo que mueve a la legión de diputados y senadores a firmar el arreglo colonial es la expectativa de tramitar el rescate financiero de sus provincias quebradas. Mientras los economistas afines a los bancos auguran un porvenir venturoso de “inversiones”, los gobernadores esperan emitir deuda en dólares para afrontar los sueldos y aguinaldos del segundo semestre. Pero el quebranto del fisco es apenas la manifestación de una crisis capitalista general, que asoma en el balance de los primeros tres meses de macrismo. La reducción de impuestos al capital sojero o a las mineras ha reducido la recaudación, sin revertir una declinación económica que viene empujada por la crisis mundial y continental -derrumbe de los precios de la soja y el petróleo, colapso económico y político de Brasil. Sólo en lo que va de 2016 se han caído 100.000 puestos de trabajo, entre los despidos estatales y los privados. La devaluación del dólar no ha frenado la sangría de divisas, que sólo se modera a costa de ofrecerle a los especuladores tasas usurarias y de agravar, por lo tanto, la recesión. La primera operación de deuda del gobierno ha sido un “blindaje” de 5.000 millones de dólares del Banco Central, de los cuales ya se fueron 1.500 en febrero. O sea que quienes liquidaron una parte de la cosecha en diciembre y le “aportaron” sus dólares al gobierno, ahora los recompran gracias a esta operación de deuda. El reendeudamiento oficial no financia la inversión, como dicen sus defensores, sino la fuga de capitales.
Luchas y desplazamientos políticos
Sólo para este año, el macrismo contempla la emisión en pesos del equivalente a 30.000 millones de dólares para financiar estos quebrantos. Las nuevas deudas a tramitar por las provincias suman otros 3.000 millones. Si se tiene en cuenta la deuda preexistente -que el kirchnerismo dejó en 250.000 millones de dólares- Argentina carece de garantías para solventar estas nuevas hipotecas (la industria petrolera estatal y el conjunto de las empresas de servicios públicos ya fueron rematadas bajo el menemato). El único respaldo para un endeudamiento mayor son los presupuestos presentes y futuros, sometidos al cedazo de un ajuste brutal. Con ese fin, el gobierno se apresta a “reformular” el Presupuesto 2016 mientras se acerca al Fondo Monetario, el gran auditor mundial de los ajustes. El rescate financiero no reemplaza al ajuste, como pretende venderlo Prat Gay. El ajuste es la precondición de ese rescate, al cual se han colgado con desesperación el conjunto de la burguesía argentina y sus partidos.
La ley Griesa inaugurará una etapa de grandes choques entre las clases sociales y desplazamientos políticos de fondo. La aprobación del acuerdo colonial reduce a los partidos históricos de la Argentina a la condición de notarios del capital financiero -después de haber sepultado cualquier resabio o referencia de carácter nacional.Denunciamos este pacto de fondo del gobierno y el Congreso con el capital financiero; que la cuestión se someta a un referéndum, junto con el conjunto de la deuda usuraria; por su investigación integral, lo que debe llevar a su desconocimiento, por su carácter usurario y delictivo. Estas medidas elementales para poner fin a una sangría de cuatro décadas, unidas a la nacionalización de la banca y el comercio exterior, permitirán reorientar el ahorro nacional a la reconstrucción económica del país bajo la dirección de sus trabajadores.
La izquierda tiene la responsabilidad y el desafío de acaudillar la lucha contra el régimen entreguista y antiobrero que quiere ponerse en pie a partir de la ley buitres. Esa respuesta obrera ha comenzado a tener expresión vibrante en Santiago, en Santa Cruz y en Mendoza, como extensión del gran paro nacional de ATE del pasado 24, y se manifestó también en la masiva movilización por los derechos de la mujer del pasado martes 8. Con ese impulso, nos preparamos para la gran movilización del próximo 24 de Marzo.

Marcelo Ramal. Legislador Frente Izquierda

sábado, 12 de marzo de 2016

OTRA CRISIS FINANCIERA ?

¿Otra crisis financiera?



En las últimas semanas hemos escuchado muchas voces que están poniendo en duda la salud de la economía europea y mundial, y en especial la de las entidades financieras (más las europeas en este caso). Voces que proceden también de los medios que representan a la élite económica dominante.
Existen datos que avalan esas afirmaciones, entre los que vamos a señalar dos:
Ha empeorado la situación económica de los denominados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). La situación no es homogénea en todos ellos, ni mucho menos. Así, el PIB de Brasil y Rusia cae (a un 1,7 y un 4% respectivamente) y el de China crece (un 6,9%, la cifra más baja de los últimos años. A ello habría que añadir el giro dado en ese país hacia la economía interna). En todo caso, se constata una ralentización o estancamiento económico en esos países que tiene ya repercusiones en el resto de economías mundiales.

Han tratado de hacernos creer que el impulso de la economía se debía limitar a una política de bajos tipos de interés, a la vez que se aplicaban las políticas de ajuste presupuestario (fundamentalmente recortando el gasto social). Esto ha llevado a que hoy en día los tipos de interés estén llegando a ser negativos, como ocurre por ejemplo con el euribor a un año (el que se toma como referencia para la renovación de los préstamos hipotecarios). Esos bajos tipos de interés no han dado como resultado esa anunciada recuperación económica. Además, los bajos tipos están contribuyendo a agravar aún más la situación de las entidades financieras, que no encuentran rentabilidad en el negocio bancario tradicional. Esto ha hecho que se siga favoreciendo la especulación, a la que no se ha puesto ninguna cortapisa, con el consiguiente riesgo cierto de que estallen nuevas burbujas. Por tanto, se constata la posibilidad de que se dé una nueva crisis bancaria y se ve que la política monetaria (bajos tipos de interés) no va a servir para impulsar la economía en Estados Unidos y en la Unión Europea.


En anteriores Análisis de Coyuntura ELA ya había señalado que las políticas europeas no tenían como objetivo el impulso económico, sino que trataban de salvar la Banca. Dos tipos de medidas han ido en esa dirección:

1. Los programas de rescate a la banca, a través del dinero público. De 2008 a 2012 (últimos datos oficiales disponibles) los gobiernos de la Unión Europea destinaron 413.196 millones de euros a recapitalizar bancos o a rescatar sus activos deteriorados. Esta cifra equivale al 5,44% del PIB de un año. A ello hay que añadir los 3,37 billones de euros (27,37% del PIB de un año) destinados a garantías y otras medidas de liquidez con las que se ha beneficiado a la banca. Ingentes cantidades de dinero que han repercutido en el mencionado recorte del gasto público en otras materias.

2. El Banco Central Europeo ofrece a la banca diversas vías de financiación a bajo coste. Las cantidades se han más que duplicado desde 2008, hasta alcanzar un saldo de casi 1,4 billones de euros en 2015.
Los gobiernos de la Unión Europea y las instituciones que la gobiernan insisten en la necesidad de seguir aplicando las políticas de ajuste y las consiguientes «reformas estructurales» (que no son otra cosa que un recorte de los derechos laborales y sociales y una intensificación de las privatizaciones y de convertir en negocio todo lo que tiene que ver con los servicios públicos).

A la vista de ello, de confirmarse los vaticinios de quienes anuncian los riesgos de una nueva recesión y una nueva crisis bancaria, sería inaceptable que las políticas que se quisiesen aplicar volviesen a ser las mismas que hemos sufrido en los últimos años: nuevos rescates bancarios con dinero público y más recortes de derechos sociales y laborales. Como ha ocurrido, de esa manera habría más paro y más pobreza, y una enorme acumulación de capital en muy pocas manos que hará crecer las desigualdades. Todo ello desde un punto de partida peor que el que existía en 2008. Sin embargo, todo hace pensar que esa sería la opción de los actuales poderes económicos, financieros y políticos.
Mikel Noval, responsable del Gabinete de Estudios del sindicato ELA 

MACRI, 90 DÍAS. PODRA HACERLO ?

Es indudable que Macri intenta implementar un ajuste brutal al servicio de los grupos concentrados, para instalar una administración subordinada a Estados Unidos. La única pregunta es si podrá hacerlo. Ganó por poca diferencia, con mensajes tramposos y en un clima adverso para el recorte de derechos populares. Al cabo de tres meses de gobierno: ¿hacia dónde si inclina la balanza? Una comparación con el antecedente menemista contribuye a esclarecer el interrogante.

Ofensiva con límites

Macri sorprendió con la virulencia de los despidos. Los 20.000 cesanteados en la órbita estatal, facilitaron los 30.000 trabajadores que el empresariado privado dejó en la calle. Busca generalizar el temor a la pérdida del empleo para reducir los salarios. Prat Gay verbalizó el chantaje: el trabajador deberá elegir entre menores ingresos y su puesto de trabajo.
La ofensiva es maquillada con una identificación del empleo estatal con la vagancia (“ñoquis”). Pero en ninguna dependencia hay auditorias. Primero echan y luego evalúan la actividad del despedido. Las arbitrariedades son tan numerosas como las venganzas. En lugar de estabilizar la enorme masa de contratados que dejó el kirchnerismo, utilizan la precariedad como argumento de cesantía.
Pero el gran paro estatal del 24 de febrero inauguró la resistencia a esos atropellos. La mayoría de los trabajadores no se amedrentó, acató la huelga y concurrió a la marcha.
Esta reacción se extiende a la batalla contra el techo salarial del 25 %. Macri pretende exceptuar las paritarias de la libertad de mercado que estableció en todas las áreas. En el caso testigo de los docentes dio marcha atrás. Los aumentos se ubican por debajo de la inflación pero violan el cepo propiciado por el gobierno.
También trastabilla el complemento represivo del ajuste. El PRO debutó repartiendo palos en Cresta Roja y sancionó un protocolo que permite portar armas letales para disolver los piquetes “en 5 minutos”. No conciben esa norma para marchas afines (Nisman, caceroleros, agro-negocio). Pretenden apalear a los desamparados que pierden el empleo o sufren cortes de luz. Desconocen que el derecho de protesta afecta otras normas pero protege a los más débiles.
El protocolo fue difundido en vísperas de la marcha del 24 y no pudieron aplicarlo. Esa derrota fue muy celebrada por los manifestantes. Ahora Macri recurrirá a los medios de comunicación y buscará aval social para ensangrentar las protestas.
La detención de Milagros Salas se ha convertido en otro test del proyecto represivo. La apresaron por un acampe y manipularon el tribunal para enviar una señal de criminalización de la lucha social. Salas recibe duros cuestionamientos de la izquierda por su autoritarismo y clientelismo. Pero todas las causas contra la diputada del PARLASUR deben dirimirse fuera de la prisión.
Los proyectos represivos incluyen la reintroducción del ejército en actividades internas con el pretexto de enfrentar el narcotráfico. Milani comenzó esa injerencia en el plano de la inteligencia. Pero ahora se avanza en una emergencia en seguridad que permitirá reforzar la presencia de la gendarmería en los barrios populares.
Macri juega con fuego al delegar poder en fuerzas carcomidas por la corrupción. La reciente fuga de los presos en la Provincia de Buenos Aires ilustra una podredumbre, que remite al peligroso escenario mexicano.
Como el macrismo está embarcado en la restauración conservadora sus funcionarios reavivan la teoría de los “dos demonios”. Afirman que no hubo 30.000 desparecidos, se reúnen con organizaciones de los genocidas y eliminan el nombre de Laura Bonaparte de un Centro de Salud. La indignación que generan estas contra-reformas hace vacilar al propio presidente.
En las paritarias se concentra la confrontación decisiva. Allí se verá quién gana la primera pulseada frente al techo del 25 %. El balance será muy distinto si esa restricción es impuesta, perforada o emparejada.
La otra batalla en curso es la resistencia al tarifazo del 300-500 %. El gobierno afirma que la baratura de los servicios es insostenible, pero oculta cómo las empresas utilizaron subsidios multimillonarios para aumentar sus ganancias sin invertir.
El tarifazo sin audiencias públicas, ni análisis de costos, en medio de una oleada de cortes, afianza esa estafa. La promesa de mejoras futuras tiene poca credibilidad.
No hay plan o control oficial de las inversiones y los principales funcionarios del área son ex gerentes de las compañías. Las protestas de los vecinos contra los cortes de luz anticipan la reacción popular frente a esa impunidad.

Nubarrones político sindicales

Macri afronta dificultades con sus aliados del sindicalismo. Busca cerrar un acuerdo con la crema de la burocracia para atomizar la resistencia obrera. Les ofreció convalidar el turbio manejo de las obras sociales y reducir el impuesto a las ganancias que pagan los trabajadores de mayores ingresos. Recibió de inmediato grandes elogios de Moyano.
Pero ese idilio se está resquebrajando por el des-manejo oficial del gravamen a los asalariados. En la campaña Macri prometió anularlo y sus primeros anuncios sugerían modificaciones neutras, con aumentos compensatorios de la inflación en el piso de tributación. Luego repitió lo realizado por Cristina: un incremento transitorio del mínimo no imponible sin cambios en las escalas, que se licúa con el aumento de los precios y los salarios.
Pero la letra chica del nuevo decreto es mucho peor. Como la suba del piso es más baja frente a una inflación más alta, unos 200.000 trabajadores (y 100.000 jubilados) que estaban exceptuados, ahora deberán tributar. Además, la preservación de las escalas entrampa rápidamente a todos los afectados en el porcentual del 35 %, mientras que un millonario no suele pagar más del 16%.
Como el PRO debutó con un festival de rebajas impositivas para los capitalistas, le resulta difícil repetir la justificación kirchnerista del gravamen a los asalariados (“sólo afecta al 10 % de los trabajadores”). Los CEO que prepararon el decreto introdujeron una penalidad disfrazada de beneficio. Mientras que aseguran la adecuada reglamentación de todas las ventajas otorgadas a las grandes compañías, intentan cuidar la caja del estado cuando hay que aligerar la tributación de los asalariados.
La mentira duró poco y los jerarcas sindicales han respondido preparando un proyecto parlamentario contrapuesto a la iniciativa oficial. Tomaron distancia de Macri, sin involucrarse en ninguna lucha.
El mismo tipo de conflictos se verifica en la relación del oficialismo con los políticos opositores-aliados. Macri empezó erosionando al peronismo, tejiendo acuerdos con Massa, los gobernadores y Urtubey-Bossio. Atrajo a varias figuras del justicialismo tradicional y dividió el bloque kirchnerista en el Congreso.
Pero ahora debe pagar los costos de esa operación. Los popes de las provincias exigen transferencias de los fondos adeudados por la coparticipación. Massa acompañó a Macri a Davos, pero se suma al proyecto de ganancias que preparan las CGT. El justicialismo coloca huevos en varias canastas para preparar su retorno al gobierno.
Macri se apoya en un armado político muy frágil y ni siquiera puede movilizar a su propio público. Por eso busca sustento en el resentimiento con el kirchnerismo. Acrecienta el cerco judicial contra Cristina y enfatiza la corrupción de la gestión K. Todos los días algún juez de amigo destapa alguna causa nueva contra Báez, el enriquecimiento de CFK, el escándalo de Hotesur, las andanzas de Aníbal, las apropiaciones de Boudou o los robos de Jaime. Ya funcionan a pleno los tribunales leales que recuerdan desfalcos de ex funcionarios para ocultar las malversaciones en curso.
Pero esta hipócrita campaña puede rebotar sobre la propia gestión del PRO. Resulta difícil ocultar el caso Niembro, los oscuros negocios en la ciudad tapados con el incendio de Iron Mountain o las causas por espionaje ilegal que involucraron a Macri.
Si la corrupción ocupa la primera plana, el procesado presidente del Banco Central deberá responder por su participación en la estafa del mega-canje de Cavallo y por su convalidación de los seguros de cambio de Vanoli. También habrá interés por conocer las denuncias de Carrió sobre el dinero acumulado por el presidente de la Corte Suprema.
En este terreno el macrismo juega con fuego. Ha colocando al frente de la supervisión bancaria a financistas acusados de lavar dinero y otorga comisiones millonarias a los intermediarios que comercializan los bonos del estado. Además, todos los CEO que dirigen ministerios mantienen descaradas relaciones con las firmas que dirigían hasta el año pasado. Esta asociación tipifica a un gobierno estructuralmente corrupto.
Pero Macri necesita transitar por ese peligroso camino de denuncias. Al principio intentó mantener un discurso de optimismo y buena onda para hacer digerible el ajuste. Se atuvo a las reglas de impunidad hacia los ex presidentes que ampararon a Menen y De la Rúa. Sin embargo, el malestar que generan sus medidas lo empuja a buscar un chivo expiatorio. Con la “herencia kirchnerista” justifica el trago amargo de cada día y ese recitado es su único relato.

Trasfondo económico

Macri afronta la grave inestabilidad de la economía. Debutó con una formidable transferencia regresiva de ingresos a favor de los capitalistas. El agro recibió el regalo simultáneo (e infrecuente) de la devaluación y la reducción de retenciones. La minería extractivista fue premiada con una disminución de impuestos. Las empresas petroleras -que ganaron fortunas con los altos precios barril- obtuvieron una gran compensación por la caída de esa cotización.
También los bancos engrosaron utilidades con el levantamiento de los controles y el negocio de convertir deudas interestatales en pasivos privados. Hasta los impuestos al champagne y a los autos de alta gama fueron recortados para celebrar el jolgorio.
Pero el desborde inflacionario arruina la fiesta. Macri confesó su desconcierto y se enoja con el resultado de sus medidas. Sólo puede achacar al legado kirchnerista la carestía derivada de la emisión y el atraso del tipo de cambio que se instrumentaron para posponer el ajuste.
Pero el actual estallido de los precios desborda ampliamente ese arrastre. Es consecuencia directa de la devaluación, el tarifazo, la remarcación alocada de los supermercados y la destrucción del sistema de precios cuidados. Los exportadores y los grandes grupos comerciales e industriales se están embolsando la principal tajada del saqueo al bolsillo popular.
La única respuesta oficial es un ridículo monitoreo on line de los precios para retratar el desfalco en tiempo real. En lugar de frenar las remarcaciones se disponen a “webearlas”.
El descontrol inflacionario ya precipitó también el desplazamiento de la directora del INDEC, que fue presentada como un cerebro de la estadística. Con varios índices dando vuelta el gobierno optó por cocinar algún número frente a la opinión pública.
La gran carestía en curso acentúa la recesión al desplazar todo el gasto de las familias hacia las necesidades básicas. Sturzenegger refuerza a su vez esa contracción, con mayores tasas de interés y cortes de la emisión. Con el consumo planchado, las inversiones detenidas y las exportaciones estancadas se debilitan los presagios de un repunte en el segundo semestre. Todo depende de la prometida lluvia de dólares.
Sin ese ingreso no hay forma de estabilizar el ajuste. Macri se lanzó a reducir en forma desaforada los impuestos a los ricos descontando un aluvión de divisas que no llegó. Los 25000 millones de préstamos inmediatos que auguró Prat Gay no aparecen y la gran liquidación diaria de divisas esperada de los exportadores tampoco se materializa.
Mientras continúa la imparable demanda de divisas, el gobierno no pudo colocar siquiera el primer bono que lanzó al mercado. Además, ya gastó en sostener la cotización del dólar la mitad del único crédito que obtuvo.
Las empresas compran divisas para girar utilidades y los particulares con altos ingresos para preservar su ahorro. Por esta razón las reservas están al mismo nivel (o por debajo) de peligro piso que dejó CFK. Esta vulnerabilidad ocupaba la tapa de los diarios y ahora es cuidadosamente ocultada.
La espontánea “confianza” que esperaba suscitar un gobierno del PRO está obstruida por la propia calesita de precios y tipo de cambio que desató el gobierno. Además, la tensión financiera en Europa, el freno de China y la recesión en Brasil tornan incierta la llegada de divisas a un país con las cuentas fiscales en rojo. El bajo nivel de endeudamiento externo actual no asegura esa afluencia de crédito. Los acreedores observan la capacidad de pago del estado, que Prat Gay socava todos los días bajando impuestos y acentuando la recesión.
También tambalea la ingeniería diseñada para mejorar la salud fiscal con políticas impositivas regresivas. Pensaban bajar el déficit con tarifazos, despidos y podas de salarios, pero aumentaron más aún el bache con la reducción de las retenciones.
En este escenario les urge el arreglo con los buitres. Griesa y Singer conocen esa necesidad y han impuesto todas sus exigencias de montos, fechas y normas legislativas. Se emitirán 15.000 millones de dólares para realizar pagos al contado por sumas que multiplican varias veces el monto inicial del pasivo. La quita negociada es irrisoria y podría quedar abierta una rendija para demandas de “holds outs” y “holds in” insatisfechos.
Macri amplía la estafa que consumó el kirchnerismo al acordar con REPSOL, el CIADI y el Club de Paris. Negocia la anulación de las leyes cerrojo y pago soberano con gobernadores interesados en el endeudamiento provincial y aprovecha el apoyo implícito de los economistas de Scioli (Bein, Blejer).
El país vuelve a endeudarse en forma parasitaria por cifras descomunales para financiar gastos corrientes y desequilibrios comerciales. Las inversiones anunciadas ya estaban en carpeta (Renault) o son de escasa significación (Coca Cola), mientras la ilusión de Vaca Muerta se congela por el desplome del precio del petrolero. Nadie sabe a qué tasa de interés Macri financiará el despilfarro en curso. El abaratamiento del crédito que sucedería al cumplimento con los especuladores aún no se visualiza.
Por eso hay muchos síntomas de mareo en el gabinete. Los talibanes del macrismo (Melconian, Broda, Espert) exigen mayor virulencia en el ajuste, despidos generalizados y apertura comercial indiscriminada.

Diplomacia y medios

Macri busca oxigeno con fuertes gestos de sometimiento al imperio. Como todo mandatario derechista espera recibir alguna devolución de favores, pero olvida que las potencias utilizan y eyectan a sus subordinados.
En Davos el hombre de Cambiemos hizo su primera exhibición de comportamiento colonial, al reunirse con Cameron sin hablar de Malvinas. Fue elogiado por todos los presentes, que al mismo tiempo confirmaron la total irrelevancia de Argentina para sus prioridades.
Macri retomó su idilio con Israel. Le aseguró a Netanyahu varios negocios vinculados con la emergencia de seguridad y estrechó la conexión con el Mossad para resucitar el caso Nisman. Con Stiuso y varios jueces leales se dispone a reinstalar alguna hipótesis de asesino iraní amparado por CFK. Es el libreto escrito en Estados Unidos por los republicanos y el lobby sionista para socavar el acuerdo nuclear que Obama suscribió con Teherán.
Por ese camino el líder del PRO entierra nuevamente cualquier investigación del atentado a la AMIA e involucra al país en peligrosas maniobras de los jugadores de Medio Oriente. Transita por el mismo laberinto cuando discute acuerdos con Hollande que van más allá de tratados comerciales con la Unión Europea. Francia está muy comprometida actualmente en acciones belicistas contra el mundo árabe.
Pero el colmo del retorno a las relaciones carnales será la llegada de Obama el 24 de marzo. La elección de esa fecha es una estupidez oficial o un inédito acto de sometimiento. Seguramente el Departamento de Estado anunció que no tenía otro día para el viaje y la cancillería argentina aprobó sin chistar. El extremo de esa provocación sería una visita al Museo de la Memoria de un hombre del imperio que sostuvo a Videla.
Pero tanta obsecuencia reforzará la voluntad de protesta. Es probable que Obama enfrente la mayor manifestación de repudio en un viaje al exterior de todo su mandato. Su presencia puede convertir el próximo 24 de marzo en un hito de las movilizaciones antiimperialistas.
Macri espera contrarrestar todas las adversidades con un mayor sostén mediático. Debutó con el mismo pacto que todos los presidentes suscribieron con el poder comunicacional. Pero ninguno hizo tantos deberes en tan poco tiempo.
Disolvió el AFSCA desconociendo las normas de gestión compartida que rigen a ese organismo. Ignoró el principio de autonomía que tanto celebra para el Banco Central. Dio rienda suelta a los DNU y sustituyó la hipocresía dialoguista por el decretazo presidencial.
Macri privilegia a Clarín. Frenó la división de la empresa y autorizó su ampliación con la compra de Nextel. Mientras pondera el pluralismo acuerda con otros medios adictos la manipulación de la información.
Sus voceros presentan la “convergencia digital” como el principal argumento para liquidar la ley de medios. Afirman que la televisión, el cable, Internet y la telefonía se asociarán en gigantescas empresas.
Pero esa tendencia exigiría incrementar la regulación estatal. Sin una intervención de ese tipo la extranjerización y la concentración de la propiedad serán vertiginosas. Un puñado de medios ya trabaja para reproducir el modelo de Televisa (México) y O Globo (Brasil).
Por eso resurgen los mitos de la comunicación privada y del imperio de la publicidad. Con esas reglas se desconoce que la información es un derecho y no una simple mercancía. Las normas de preeminencia pública y gratuidad son tan importantes en este campo como los derechos a la educación y a la salud.
El macrismo aprovecha el fastidio que generó la manipulación estatal de la útima década para restaurar el reinado del mercado. Recuerda que la propia gestión K sepultó la ley de medios al forjar grupos privados oficialistas (Cristóbal López, Garfunkel, Spolski), que operaron con la misma tónica de Clarín y La Nación. Utilizan métodos semejantes para cerrar empresas y despedir trabajadores.
Esta frustrante experiencia es utilizada para resucitar todos los engaños de la libertad de prensa. Los intelectuales de la derecha ocultan que el capitalismo acalla las voces críticas. Nunca mencionan la persecución de Assange, Manning o Snowden. A lo sumo discuten el rol del periodista, silenciando quién detenta la propiedad de los medios.
Suelen elogiar al “periodismo independiente” omitiendo el singular condicionamiento político, económico e ideológico de esa actividad. Como el kirchnerismo transformó esa restricción en una burda contraposición entre “militantes y cortesanos”, ahora reaparecen todas las leyendas del comunicador libre y comprometido sólo con su público.
Pero el intento macrista de transformar a los medios en puro negocio transmisor de ideología conservadora e información oficialista enfrenta límites. Hay mayor conciencia en la población sobre esta amenaza y en algún momento se romperá la luna de miel con la prensa hegemónica.

Menemismo y alfonsinismo

Las semejanzas de Macri con Menen son muy numerosas. El líder del PRO transmite la misma idolatría por el mercado, imagina inversiones semejantes, disfraza el saqueo con elogios al riesgo empresario y ensalza el endeudamiento externo que empobrece al país.
También retoma la política exterior pro-imperial y reabre negocios en el área militar sin recordar sus consecuencias (Rio Tercero, contrabando de armas a Ecuador-Perú). Los acuerdos de libre-comercio que propicia con la Unión Europea y la Alianza del Pacífico actualizan la apertura de importaciones de los 90.
Macri intenta repetir la sociedad con los burócratas sindicales que participaron en el desguace del estado. Restaura la misma demonización del empleo público, omitiendo su moderado porcentual en términos internacionales y su mayoritaria conformación por policías, maestros o enfermeros con escaso margen de reducción. Al igual que Cavallo se desentiende del salario docente delegando ese gasto en las provincias.
Pero las diferencias de contexto son muy significativas. Menen gobernó en un clima neoliberal, auxiliado por el trauma de la hiperinflación. Aprovechó las expectativas en las privatizaciones y el desengaño con el constitucionalismo pos-dictatorial.
Macri no cuenta con ningún sustento equivalente. Navega en una oleada regional derechista pero sin bases sociales para acompañar el ajuste. No tiene el aparato justicialista y debe lidiar con el traumático recuerdo de los 90. Hasta ahora Macri no se atreve a reproducir las confrontaciones thatcheristas que propiciaba el riojano (“ramal que para, ramal que cierra”).
El neoliberal del PJ llevó el desempleo al 18% y demolió la industria local abriendo las importaciones. Macri actúa con más cautela, pero si su programa trastabilla puede jugar las peligrosas cartas de su antecesor.
Mientras que Menen gobernó sobre las cenizas de Alfonsín, Macri sucede al enigma del kirchnerismo. Cristina se retiró con un monumental acto de despedida, dejando una red de militantes que llenan plazas y organizan marchas. Pero la expectativa en una poderosa continuidad K en el Congreso, las provincias o el estado se está diluyendo.
CFK se mantiene en silencio y la estrategia de afiliación masiva al justicialismo socava las esperanzas de construir una fuerza progresista autónoma. No cabe duda que el PJ es un pilar del status quo conservador.
El kirchnerismo siempre mantuvo ciertas analogías con el alfonsinismo. Gobernó acompañado por administraciones latinoamericanas semejantes, convalidó conquistas democráticas comparables y mantuvo tensas disputas internas con la cúpula tradicional de su partido.
Por eso conviene recordar como el alfonsinismo se diluyó en el llano. Fue digerido primero por la Alianza y luego por Cambiemos. Si el kirchnerismo repite esa trayectoria será deglutido por el justicialismo.
También hay analogías entre la intelectualidad progresista que sostuvo a los dos procesos. El Club Socialista y Carta Abierta contaron con pensadores provenientes de la izquierda, que se auto-visualizaron como el sector más avanzado de cada proyecto. Aportaron fundamentos ideológicos equivalentes de democracia gramsciana-socialdemócrata (en el primer caso) y renovación populista latinoamericana (en el segundo).
El Club Socialista mantuvo su alineamiento con Alfonsín a pesar de la Obediencia Debida. Se consideraban ajenos a la estructura de la UCR, pero actuaron en esa órbita y finalmente se disolvieron.
Carta Abierta sigue actualmente las vicisitudes del kirchnerismo, luego de aceptar en silencio la candidatura de Scioli. No emiten balances críticos, ni explicaciones de la derrota electoral. Tampoco objetan las medidas regresivas de la era K que facilitaron la demagogia derechista y no conciben repetir los desafíos de la JP a Perón. De la trayectoria del Club Socialista no extraen ninguna enseñanza.
Pocas veces el escenario político argentino estuvo tan abierto a cursos imprevisibles.
La batalla social contra el ajuste condiciona todas las alternativas, en pleno debate sobre lo ocurrido en la última década.
Claudio Katz
El autor es economista, investigador del CONICET, profesor de la UBA, miembro del EDI. 

domingo, 6 de marzo de 2016

DEBATEN QUIEN FUE MAS RUINOSO PARA EL PAIS

Contrapunto Entreguista Entre Prat Gay y Kicillof

El publicitado contrapunto entre Kicillof y Prat Gay fue de utilería. Bien mirado, disputaron la titularidad de la política de colonización por parte del capital financiero,  que culmina  con el pacto buitre.
Kicillof agradeció la presencia del ministro y se mostró comprensivo con el gobierno,  porque le  toca negociar “con el capital más voraz del planeta”. Luego retrucó a la acusación de Prat Gay de que el gobierno anterior dejó acumular intereses.  Dijo que los tiempos los marcaron los buitres,  que se negaron a aceptar la oferta que sí le aceptaron al gobierno de Macri.
La confesión es indicativa de que en el fallo Griesa y su resolución, ahora bendecida por el reingreso del FMI y la visita de Obama, había una orientación compartida por toda la burguesía,  ante el agotamiento de la experiencia kirchnerista. Esa política la suscribía  –y hubiera sido llevada adelante también- por Scioli. Prat Gay le echó en cara a Kicillof  la aceptación de la deuda por juicios en los tribunales del Ciadi y la escandalosa indemnización a Repsol, sin decir que contaron en su momento con el beneplácito del macrismo.
El otro debate que plantearon ambos es cuál de los arreglos fue más ruinoso, si el de los buitres o el de los canjes de deuda de la administración k.  Prat Gay reconoció que los buitres ganan 13 o 15 veces lo que invirtieron, no ocultó que se trata del capital más tres veces en intereses, incluso que eso es mucho más (369%) que lo que ganaron quienes se acogieron al arreglo del segundo canje de 2005. Pero le retrucó a Kicillof que si los buitres hubieran entrado en el canje II obtenían lo que arrancaron ahora,  contando los jugosos cupones PBI y el lucro cesante promedio de cualquier inversión financiera durante estos 11 años.
Uno y otro tuvieron razón:  fueron dos negociados fabulosos contra el pueblo argentino, el de los K y el de ahora. Como reconoció Pichetto “hicimos mucho para salir del default, ahora tenemos que apoyar el capítulo final”.
Luego, resultaron absurdas las promesas de Prat Gay de que así evitaremos un ajuste, teniendo en cuenta las devaluaciones, los 70 mil despidos estatales y privados, una inflación proyectada del 45% en cuatro meses, los tarifazos del 600%, la caída de salarios y jubilaciones, el decretazo perpetuando ganancias y una transferencia hacia los exportadores, petroleras y mineras de miles de millones de dólares, más una tasa de interés al 37% que agrava la recesión. Van a fondo en el ajuste que CFK y Kicillof no pudieron llevar hasta el final.
Kicillof le criticó a Prat Gay que emitirá pesos contra los dólares que entrarán. Prat Gay le contestó que compensarán esa emisión absorbiendo pesos “no utilizados” en el gasto público, o sea, avanzando en el ajuste.
 El Partido Obrero criticó al ministro y al gobierno Macri por el trámite express cuyos tiempo marcó Griesa, y a todas las fuerzas políticas que votarán un acuerdo que pagará el pueblo trabajador. Denunciamos la unidad macrista kirchnerista en el relato del supuesto “desendeudamiento”  cuando Argentina debe 250 mil millones de dólares, lo que ya representa el 50% del PBI. Con las nuevas hipotecas en marcha, esa proporción trepará rápidamente a 2/3, llevando al país al rumbo de la cesación de pagos. Marcamos que pagar deuda con más deuda delata una  bancarrota nacional. Señalamos que vuelven a aceptar  la jurisdicción extranjera para los fallos de deuda. En suma, denunciamos la naturaleza colonial del acuerdo  y el desfalco a la nación que es todo el mecanismo de la deuda.
Macri denunció el pago de u$s 694 mil millones en impuestos en la década K. Pues bien, marcamos que 200 mil milones se fueron al pago serial de Cristina, que hoy debemos más y que marchamos a un oneroso rescate.
Señalamos que, con la intermediación de la banca Morgan, la ex empleadora  del ministro de Economía, el acuerdo es una réplica del de Repsol, garantizando un monto en efectivo con la emisión de bonos que fuera necesaria. Para eso pidieron un cheque en blanco al Congreso, que les permita emitir bonos hasta alcanzar el monto máximo de la sentencia total .
El porvenir venturoso del reendeudamiento que pintó Prat Gay, que votarán los “Progresistas” de Stolbitzer, Binnner y Donda, el PJ de los gobernadores, el massismo, la burocracia sindical y buena parte del FPV (la que importa), signa la entrada de Argentina a la crisis mundial. Por eso, el ajuste que servirá de garantía a esta nueva hipoteca será monitoreado nacionalmente y en cada provincia por el FMI, lo que costará sudor y lágrimas a los argentinos.
CFK dio cuenta del default K, cuando dijo que “si Macri arregla con los buitres dura 12 años”. Pero mucho antes de ello, Macri y los gobernadores del PJ  deberán vérselas  con el movimiento obrero. Así lo demostraron el paro nacional de ATE el 24,  los trabajadores de Santa Cruz y los docentes de Santiago del Estero. La grieta nacional no es entre macristas y kirchneristas, sino entre ajustadores y ajustados

Dip. Nac N. Pitrola

sábado, 5 de marzo de 2016

EL LIMITE AL AJUSTE ESTA EN LA REACCION DE LOS AJUSTADOS

El país ha ingresado a una nueva etapa política cuyo objetivo no es otro que implantar un nuevo modelo de acumulación y reproducción de capitales. Hay un paso previo que es el ajuste, el reendeudamiento y el redireccionamiento de las relaciones internacionales. Por Eduardo Lucita*

No se trata solo que la derecha empresarial logro acceder al poder político por el voto popular, sin necesidad de recurrir a los militares y sin el concurso del peronismo. Esto marca una diferencia con los regímenes implantados en 1976 y en 1990. Con un plus diferencial, tanto la Junta Militar como Carlos Menem eran simples personeros del capital más concentrado, Mauricio Macri no solo lo expresa sino que forma parte.
Se trata entonces de una nueva etapa que, como en el fútbol, está trazada en dos tiempos. El primero del ajuste, del reendeudamiento, de la búsqueda de un nuevo equilibrio de las principales variables macroeconómicas y de una nueva inserción internacional. El segundo tiempo está centrado en un objetivo excluyente: un nuevo modelo de acumulación y reproducción de capitales centrado en la agroindustria, la minería de exportación y la construcción de obra pública ligada a la infraestructura para la circulación de mercancías y bienes de exportación, y el sector financiero, veremos qué sectores industriales pueden adaptarse a este esquema. Esto implica la reconfiguración del país en función del bloque de poder y del comando que se constituya para dirigirlo.
Pero el primer tiempo, de ajuste y reendeudamiento, es un período de transición del que el gobierno del PRO debe salir triunfante y llegar en condiciones de ganar las elecciones parlamentarias en el 2017, para así jugar a fondo sus objetivos de largo plazo.
En lo inmediato
Reendeudamiento: marcha superando inconvenientes con el sencillo recurso de aceptar casi todas y cada una de las condiciones impuestas por el juez Griesa y los fondos buitre. Resta levantar las leyes Cerrojo y de Pago Soberano, que todo indica el Congreso aprobará, sin importarle demasiado la lesión de soberanía que implica sea una condición impuesta desde el exterior y que el acuerdo es claramente lesivo para el país. Ya está en curso, debe ser aprobada, una emisión de bonos por 15.000 millones de dólares para pagarles y en perspectiva un acuerdo con el FMI tal vez por unos 10.000, en carpeta siguen el BM, el BID y otros, todo para financiar déficit fiscal y obra pública.
Ajuste: conviene aclarar que desde la crisis del primer peronismo todo ciclo expansivo de la economía termina inexorablemente en un ajuste. Esto es así porque Argentina es un país capitalista dependiente que desde aquellos años ostenta un desarrollo insuficiente y deformado de sus fuerzas productivas. Son estas deformaciones e insuficiencias las que en un período de crecimiento provocan los desequilibrios –restricción externa, déficit fiscal, inflación, atraso del tipo de cambio- que, salvo se transgredan los límites del capital, terminan trabando el proceso de acumulación como se ha verificado numerosas veces y también ahora. La administración Kicillof hizo lo imposible por postergar el ajuste y logró llegar al 10 de diciembre sin hacerlo pero al costo de exacerbar los desequilibrios y sin que pueda demostrar que si hubiera seguido al frente de la economía saldría de la encrucijada en que se habían metido sin hacerlo.
En nuestro país todo ajuste comienza por una devaluación. Pero como el tipo de cambio es desde hace cuatro décadas, el eje alrededor del cual se distribuye el excedente económico se comprende porque la transferencia de ingresos beneficia claramente al sector exportador –más si se tiene en cuenta que fueron anuladas y rebajadas las retenciones a productos agrarios y a la minería y eliminados los derechos de exportación a los industriales- en detrimento de los sectores obreros y populares. Ocurre además que nosotros no solo exportamos lo que comemos sino que la matriz insumo/producto tiene un alto componente importado, por lo tanto el traslado a precios es inmediato, como se ve en estos días y realimenta la inflación. La situación se emparenta así con la del 2014, cuando por la devaluación los trabajadores convencionados perdieron entre 5 y 7 puntos de sus ingresos reales y los jubilados cerca de 10.
La devaluación encarece las importaciones pero en las actuales condiciones del mercado mundial no necesariamente estimula las exportaciones, porque la caída de estas no es por precio sino por falta de demanda, especialmente en los productos industriales y regionales que van a Brasil, cuya crisis es muy profunda y amenaza continuar también en el 2017.
Para los teóricos del neoliberalismo la causa de la inflación es el exceso demanda por sobre la oferta. Por eso buscan reducir la capacidad adquisitiva de los salarios y la emisión monetaria bajando el gasto público. Enfriando la economía buscan reequilibrar oferta y demanda, no se les ocurre pensar que las altas tasas de ganancia y la desregulación de los mercados puedan tener algo que ver con la espiral alcista de los precios. La actual oleada de despidos en el sector público, que todo indica continuará en marzo, no tiene como objetivo bajar el gasto público sino enviar un mensaje con dos destinos: hacia los empresarios de que es el Estado el que habilita los despidos, hacia los trabajadores que privilegien el empleo sobre el salario.
El límite al ajuste está en la reacción de los ajustados
Así las cosas este año será recesivo y con inflación alta, tal vez 5 o 10 puntos arriba de lo estimado por el gobierno. La idea original del ministro Prat Gay de que el primer semestre sería difícil pero que en el segundo se recuperaría la actividad está siendo descartada por los principales gurúes de la City porteña, que por si fuera poco se quejan del gradualismo en bajar la emisión monetaria. Las primeras estimaciones indican que la caída podría estar en dos puntos del PBI, de ser así impactará en el 2017. Esta parece ser la razón de porqué el presidente Macri cambió a último momento el tono de su discurso –de las ondas de amor y paz al ataque directo- para tapar que la inflación no cede, que el dólar se escapa y que la actividad económica está en descenso.
La ola de despidos en el sector público está siendo continuada, por ahora en forma dispersa, en el privado, con eje en la construcción y parcialmente en los servicios, pero ya en petroleros, metalúrgicos y en las automotrices están sonando voces de alerta. El Secretario General de la UOM, y de una de las fracciones de la CGT, acaba de pedir que el Congreso declare la emergencia laboral y que se reinstale la doble indemnización por despidos, por su parte los diputados del FIT presentaron un proyecto de ley para que se suspendan los despidos y suspensiones por un año.
El Gobierno Macri solo responde que una vez concretado el arreglo con los fondos buitre lloverán dólares, nadie parece creerle, incluso si sucediera serían préstamos financieros, pero difícilmente de ampliación de la capacidad productiva, que es lo que se supone crearía empleo. Por otra parte, como señala un reciente documento sobre los acuerdos de libre comercio firmado por numerosas organizaciones internacionales “…nadie puede garantizar que las exportaciones y la inversión externa redunden en más y mejores empleos, buenos salarios y respeto a las condiciones laborales”.
Se sabe, la intensidad y extensión del ajuste depende de la resistencia de los ajustados. El paro de estatales del 24F y la multitudinaria movilización en su apoyo, con fuerte presencia de varios sindicatos no afectados aún por el desempleo y los bajos salarios, es una muestra de solidaridad de clase y también de que el movimiento de los trabajadores está embrionariamente tomando conciencia de la gravedad de la situación y de la centralidad de su propio movimiento en el mundo del capital.
Frente a la inacción de las conducciones burocráticas de las CGT, es imprescindible y urgente que las conducciones combativas y clasistas se pongan al frente de la resistencia y convoquen al conjunto de los trabajadores y sectores golpeados por las medidas de ajuste en curso.


*integrante de EDI – Economista

MUERTO SE MOFA DEL DEGOLLADO.GUATEMALA VS. GUATEPEOR

TAL PARA CUAL...PERSONEROS DEL GRAN CAPITAL...
AL RESCATE DE LAS GANACIAS DE LOS OLIGOPOLIOS DEL AGRO, AGROINDUSTRIA, MINERIA, DE LAS CONSTRUCTORAS DE INFRAESTRUCTURA Y SECTOR FIANCIERO BANCARIO Y QUE LA PAGUE EL PUEBLO TRABAJADOR...

"SI YO SOY TRANSFUGA...PERO VOS SOS PEOR....PIPU, PIPU, PIPU"

martes, 1 de marzo de 2016

PACTO DESESPERADO PARA POSTERGAR BANCARROTA A COSTA DE CONFISCAR EL PAIS Y A LOS TRABAJADORES

El pacto colonial de Griesa, Macri y el Congreso

La apertura de sesiones del Congreso aparenta seguir la rutina de un discurso inaugural con promesas y planes de gobierno. Pero esa ceremonia sólo será la cobertura de una operación financiera, que reforzará decisivamente el sometimiento de la Argentina al capital financiero internacional.
El “orden del día” al que se abocarán los diputados y senadores no bajó de las oficinas del Congreso. Fue redactado en Nueva York por el juez Tomás Griesa, a cargo del juicio que los fondos especulativos que no se acogieron a los canjes de deuda le siguen a la Argentina. Un editorialista destacó, días atrás, el “vuelco fundamental”(Cronista, 24.2) que tomaron las negociaciones con los fondos buitres cuando el juez Griesa resolvió que Argentina podría volver a pagar la deuda con los acreedores que aceptaron los canjes anteriores “si el Congreso derogaba las leyes cerrojo y de pago soberano”(id). Para ser más claro, Griesa fijó como cierre para las negociaciones con los buitre el 29 de febrero, o sea, un día antes de la inauguración del año legislativo. Ahora, alcanzado el acuerdo con el fondo de Paul Singer, se ha fijado la fecha límite del 14 de abril para su pago –o sea, el plazo necesario para que Diputados y Senadores pongan el gancho. El gobierno de Macri pagará el 100% del capital de bonos defolteados que fueron comprados a una cifra entre cinco y diez veces inferior a su valor de emisión, y reconocerá el 75% de los intereses punitorios aplicados desde entonces. Ello significa que los litigantes obtendrán en promedio quince veces más que lo que “invirtieron” por estos bonos. La operación, sin embargo, no los tendrá como únicos beneficiarios: un consorcio de bancos liderado por el J.P.Morgan, el ex empleador de Prat Gay, le prestará a la Argentina unos u$s 11.000 millones a cambio de una emisión de bonos por 15.000 millones. Esos bonos cotizarán inicialmente por debajo de la par, pero –bajo la euforia inicial del arreglo con los buitre- los banqueros podrían revenderlos a su valor nominal, obteniendo un beneficio extraordinario en cuestión de días.
Para esta operación usurera, Griesa emplazó al Congreso argentino, el cual ha obrado en consecuencia: según las versiones, en la misma tarde de la sesión inaugural se convocaría a reuniones de comisión para debatir el paquete de leyes “buitre” – o sea, la derogación de las leyes cerrojo, junto a la oferta realizada a los fondos especulativos y la nueva emisión de deuda para pagarle al contado a aquéllos. Luego, los proyectos irían al recinto en cuestión de días, para pasar rápidamente al Senado. El capital financiero le ha arrancado a la democracia argentina un ultimátum, pero sus bloques políticos ya le habían enviado de antemano el acta de rendición.

Hundimiento de las provincias
Con los votos de “Cambiemos”, del massismo y de los diputados escindidos del FPV, el macrismo ya tendría asegurada la caída de la ley cerrojo y las nuevas disposiciones de deuda. El kirchnerismo “oficial” de Recalde y la Cámpora dice que no dará los votos que, de todos modos, el macrismo no precisa. En cambio, todo el Frente para la Victoria votaría afirmativo en el Senado, que es donde sus votos sí importan. El kirchnerismo ha resuelto una división de roles, el policía ´bueno´ y el policía ´malo´, para seguir perorando sobre la “resistencia” mientras acepta la batuta de Pichetto y Barrick Gioja, en el marco del PJ.
A cambio del voto “buitre”, los diputados pejotistas esperan un socorro financiero para sus provincias quebradas. Pero los términos de este auxilio replican el arreglo colonial de Griesa con el Congreso. Los diputados massistas y pejotistas han consentido el decretazo de Macri que retrotrae la decisión de reintegrarle a las provincias el 15% de los impuestos coparticipables que se destinan al Anses. A cambio de esta renuncia, el gobierno Macri prometió una devolución progresiva de esos fondos a lo largo de cinco años. Algún senador peronista ha reclamado que ese criterio ´quede plasmado en una ley´, o sea que lo aprobarán bajo esa modalidad. Un especialista en impuestos señala que esa devolución, por parte del gobierno nacional, quedará condicionada “a un gasto más eficiente”(Clarín, 28.2) en los distritos. En suma, el socorro a las provincias –contrapartida del voto “buitre”- será el instrumento de extorsión del gobierno Macri para forzar a un ajuste mayor. El acuerdo supuestamente `federal` establece una suerte de “Fondo Monetario” interior, en perjuicio de las provincias y de sus trabajadores. Anticipa, en verdad, el otro monitoreo, el del Fondo Monetario Internacional, que vendrá seguramente de la mano del reendeudamiento. Del lado del Estado nacional, una reducción de fondos al Anses será compensada con la reforma previsional que el gobierno ya ha insinuado, y que apunta a establecer una prestación subasistencial a quienes se jubilaron sin aportes.

Sin futuro
La excusa para el acuerdo colonial ordenado por Griesa es “el acceso al crédito productivo”, lo que le abriría al macrismo el camino de la estabilidad política y económica. Notablemente, quien acaba de defender esa tesis en las últimas horas es Cristina Kirchner, al afirmar que “si cierra con los buitres, Macri tiene doce años de gobierno”. Seguramente, piensa que, si lo hubiera logrado Kicillof, las trompetas sonaban para ella. Con ese propósito, los K habían cerrado sus acuerdos leoninos con el Club de París y los juicios del CIADI, antecedentes del arreglo de estas horas.
La burguesía argentina y sus representantes, de “Cambiemos” al kirchnerismo, están jugados al “reendeudaniento” y a un conchabo colonial con el capital financiero.
Pero los que esperan “inversiones” se mienten a sí mismos. La larga legión de provincias que están esperando la señal de largada para emitir deuda –Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Neuquén entre otras- por unos 5.000 millones de dólares se caracterizan por sus presupuestos deficitarios, o sea que esperan endeudarse en dólares para cubrir sus quebrantos en pesos. Otra de las operaciones parasitarias es la que se tramita para “recapitalizar” al Banco Central, reemplazando las letras intransferibles del Tesoro por títulos en dólares. Esa nueva deuda, que ya tuvo un primer capítulo por 6000 millones, sólo apunta a blindar al Central frente a eventuales corridas, y otorgarle una garantía cambiaria a los especuladores.
Así las cosas, la deuda argentina podría acercarse rápidamente a los dos tercios de su Producto Bruto. Las expectativas de obtener un financiamiento menos costoso, por otra parte, se contraponen con las tendencias del mercado internacional, signadas por una fuga cada vez más intensa de capitales desde los países emergentes y por el derrumbe de las materias primas –o sea que Argentina carece de garantías reales para el endeudamiento. El “pacto buitre” es un acto desesperado para postergar una bancarrota, a costa de confiscar al país y a los trabajadores.
Desarrollemos una enérgica campaña de denuncia del pacto buitre entre Griesa, Macri y el Congreso, y por una salida de los trabajadores al sometimiento nacional.
Marcelo Ramal