Hombre en llamas

Hombre en llamas
Hombre en llamas. Orozco, J.C. Algunos críticos interpretan el mural como una glorificación de los cuatro elementos, otros ven en cada una de las figuras una simbología inherente al hombre mismo: el hombre teológico (que simboliza la tierra), el cual despierta en el mundo y convierte en dioses los fenómenos naturales que no comprende; el hombre metafísico (que simboliza el viento), el cual empieza a tener conciencia, reflexionando sobre la realidad del mundo; el hombre científico (que simboliza el agua), el cual analiza los fenómenos, los objetos, penetrando con su razón en sus esencias. Finalmente el hombre de fuego que debería simbolizar a Prometeo, el que rebelándose a los dioses entregó a los hombres la chispa del fuego, la cual representa al mismo tiempo la razón y la libertad. Así el hombre, ya libre, crea las artes en su constante lucha de superación; el hombre hecho fuego de pasiones, de anhelos de conquistas, pero sobre todo dueño de su vida, de su destino y de sus decisiones.

domingo, 3 de mayo de 2015

EX ALCALDE DE BALTIMORE HABLA SOBRE LAS LECCIONES DE DISTURBIOS

2 de mayo de 2015 — Martin O'Malley, probable candidato a la postulación presidencial demócrata, interrumpió una gira de conferencias que realizaba en Gran Bretaña e Irlanda, para visitar las calles de Baltimore y hablar con los residentes de la ciudad, luego de varios días de disturbios que se desataron a raíz de la muerte de un joven que estaba bajo custodia de la policía, hecho que sucedió a principios del mes. O'Malley fue alcalde de Baltimore entre 1999 y 2007.
Los medios informativos han pintado la muerte del afroamericano Freddie Gray en custodia de la policía como el último episodio de una "narrativa" mediática de jóvenes negros o hispanos que son muertos durante su arresto. Hay muchos problemas de décadas relacionados con las disposiciones policiales de "detener y registrar" a ciudadanos de esas características sin motivo alguno, lo cual se complica con la militarización de las fuerzas policiales después del 11-S.
Pero O'Malley abordó el asunto a fondo, en un correo electrónico que le envió a sus bases de apoyo. "La verdadera y dura realidad es esta", dice el correo. "Cada vez más de nuestros conciudadanos en las ciudades estadounidenses en todo el país sienten que no se les oye, no se les ve, y no se les reconoce; y que sus propias vidas no son necesarias. No se trata nada más de la actividad policial en Estados Unidos. Se trata de todo lo que se supone que significa ser estadounidense".
Luego de describir la desesperación en que viven los pobres de las ciudades, señala: "Esto ciertamente no puede ser la herencia duradera de la cuna de la bandera de barras y estrellas. Ciertamente esto no es en lo que se ha convertido la tierra de los libres y el hogar de los valientes. Ciertamente somos capaces de algo más como nación".
"Pero no se equivoquen", agrega O'Malley. "La rabia que hemos visto en Ferguson, en Cleveland, en Staten Island, en Charleston del Norte, y en las llamas de Baltimore, no se debe nada más a la vigilancia policial".
"Es sobre el legado de raza que nos habría devaluado las vidas de los negros, ya sea que su muerte sea causada por un oficial de policía o a manos de otro joven negro.
"Se trata de los salarios menguantes y de la falta de oportunidades en nuestro país hoy día.
"Se trata de la brutalidad de un sistema económico que devalúa al trabajo humano, el potencial humano y las vidas humanas.
"Se trata de la mentira que hacemos sobre el Sueño Americano cuando ponemos las necesidades de los pocos acaudalados y poderosos por encima del bienestar de la mayoría de nuestra nación.
"La pobreza extrema es peligrosa en extremo.
"No se trata nada más de la policía. No es nada más sobre la raza.
"Se trata de lo que estamos dejando que se convierta el país y la afrenta que eso significa para el país que merecemos.
"Nuestra creencia como nación nos compromete a la 'libertad y justicia para todos'. Ya es hora —por el bien de nuestros hijos— de reformar nuestras maneras y empezar de nuevo a estar a la altura de esa creencia.
"Todavía somos capaces de actuar como el pueblo compasivo, y generoso, y solidario que esperaban nuestros abuelos que llegáramos a ser y que nuestros hijos necesitan de nosotros que sea. Porque ciertamente, no existe tal cosa como un ciudadano estadounidense que esté de sobra"

Larouchepac.

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