Hombre en llamas

Hombre en llamas
Hombre en llamas. Orozco, J.C. Algunos críticos interpretan el mural como una glorificación de los cuatro elementos, otros ven en cada una de las figuras una simbología inherente al hombre mismo: el hombre teológico (que simboliza la tierra), el cual despierta en el mundo y convierte en dioses los fenómenos naturales que no comprende; el hombre metafísico (que simboliza el viento), el cual empieza a tener conciencia, reflexionando sobre la realidad del mundo; el hombre científico (que simboliza el agua), el cual analiza los fenómenos, los objetos, penetrando con su razón en sus esencias. Finalmente el hombre de fuego que debería simbolizar a Prometeo, el que rebelándose a los dioses entregó a los hombres la chispa del fuego, la cual representa al mismo tiempo la razón y la libertad. Así el hombre, ya libre, crea las artes en su constante lucha de superación; el hombre hecho fuego de pasiones, de anhelos de conquistas, pero sobre todo dueño de su vida, de su destino y de sus decisiones.

viernes, 1 de mayo de 2015

TALLERES CLANDESTINOS: EL NEGOCIADO EMPRESARIAL

Consumadas las muertes de dos niños de 7 y 10 años el pasado lunes en un taller clandestino de Flores, cobraron trascendencia las numerosas denuncias que pesan desde hace años sobre las indignas condiciones en que trabaja y vive la inmensa mayoría de los obreros textiles en la Ciudad de Buenos Aires y en todo el país.

Una nueva muestra de que slogans de gobierno (y de campaña) macrista como aquel que reza “En todo estás vos”, buscando mostrar una Ciudad que prioriza las necesidades de sus habitantes, contrastan con la realidad de los negociados para unos pocos, en desmedro de las más básicas condiciones de vida del pueblo trabajador, aún en el siglo XXI y en una de las ciudades más ricas del mundo.
En la búsqueda desesperada por deslindar responsabilidades, oímos a funcionarios del PRO excusándose en que no pesaban denuncias previas sobre la trampa mortal donde vivía y trabajaba la familia de las dos criaturas fallecidas. Ante la realidad inocultable, luego intentaron con aquello de que las denuncias que puedan existir, radican en la Justicia Federal (por el delito de trata de personas) y la Ciudad no tiene facultades para allanar un domicilio sin orden judicial.
Desde ya que en ocho años no ha existido inquietud alguna del Gobierno de Mauricio, Horacio, y Gabriela, en recabar información sobre esas centenares de denuncias sobre la existencia de talleres clandestinos, para constituirse como denunciante en la Justicia adicta de su Ciudad (como sí lo hace gustoso para procesar luchadores del Subte, del Borda, del Indoamericano y tantos más) y avanzar contra esos talleres, clausurarlos, y garantizar un trabajo digno a los miles de trabajadores esclavizados junto a sus familias. Motivos no le faltarían: trabajo no registrado, reducción a la servidumbre, trata de personas, evasión, falta de habilitación, seguridad e higiene inexistentes, son sólo algunas de las violaciones que ni el gobierno de la Ciudad ni el de la Nación (a algunas decenas de cuadras de los hechos) se interesan en combatir.
Nuevamente se recuerda el incendio del taller de la calle Luis Viale de 2006, donde murieron seis personas en situación similar a la del pasado lunes en la calle Páez y en cuya causa judicial el Juez Baños jamás quiso avanzar sobre las grandes empresas que tercerizaban su producción en esa pocilga y en tantas otras.
Nuevamente recordamos que el juez federal Norberto Oyarbide -amigo del gobierno de turno,- ante otra denuncia de esclavismo, dictaminó que las condiciones impuestas en esos talleres, de amplia composición inmigrante, radican en costumbres ancestrales de los países de origen de los explotados en cuestión.........................
Myriam Bregman.
LID.

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